En general, el desfile de modelos y modelas de la ceremonia de inauguración de las Olimpíadas de París, fue bastante cutre, zafio, vulgar, largo y aburrido como toda la ceremonia, a excepción de la parte final, que simplemente fue normalita. Celine Dion podía haber cantado la canción de Titanic, que con la que estaba cayendo hubiese quedado que ni pintada. Pero no hay que alarmarse, fue un desfile acorde con los nuevos tiempos. Vean si no, como una marca de ropa italiana ha presentado unos vaqueros que simulan manchas de pis por el módico precio de 756 euros de nada. A lo mejor alguno puede pensar que esta es la peor idea que ha tenido nadie jamás, pero lo cierto es que los infames pantalones que se lanzaron el año pasado y se han vuelto virales ahora, se han agotado. Viendo su éxito, es hora de pensar otros planes de negocio. Si algo es exitoso, tendrá imitaciones. Solo se necesitan unos vaqueros y un par de vasos de agua. El resto sucede como por arte de magia y el margen de beneficios es enorme, además de acercar el producto a los compradores menos pudientes. Ampliemos el concepto. Si el número uno ha triunfado, por qué quedarse ahí. Vayamos con el número dos. Una manchita marrón en la parte trasera y tenemos nueva colección. Por ahora, la marca apunta al concepto visual, pero se puede apelar a otros sentidos. Juguemos con los olores: un poco de aroma, a espárragos, a baño de discoteca. Hay muchas opciones donde elegir. Al final, como todo el mundo sabe, el que no se hace rico es porque no quiere. Mientras la moda siga sorprendiendo con propuestas más inverosímiles, y los consumidores cayendo de lleno en la trampa, los simples mortales nos conformaremos con la dosis de cachondeo que generan estas cosas. Pa mear y no echar gota.
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