Disney es, a día de hoy, uno de los mayores conglomerados multimedia del planeta. Lo que empezó como una iniciativa de Walter Elias Disney para crear cortos y largometrajes de animación, acabó convirtiéndose en un gigante del entretenimiento a nivel mundial. A las adquisiciones de nombres destacados como FOX o Marvel a lo largo de los años se le deben sumar los macroproyectos presentes desde décadas atrás, como los parques de atracciones. Es en uno de estos complejos, Disney World en Orlando, donde arrancó una surrealista historia que ha llegado a las portadas de múltiples medios internacionales. En febrero de 2020, una mujer de 42 años llamada Kanokporn Tangsuan murió en las inmediaciones del parque, en la zona de Disney Springs. Una reacción alérgica en el restaurante Raglan Road Irish Pub fue la causante del fallecimiento.
Su marido, Jeffrey Piccolo, detalló a las autoridades cómo la víctima había informado a los trabajadores del local sobre sus alergias, a los frutos secos y productos lácteos. En respuesta, el afectado interpuso una demanda contra la compañía por negligencia, amparándose en la ley del estado de Florida. Su solicitud de compensación era de 50.000 dólares, pero la respuesta de la empresa estadounidense ha generado indignación en múltiples ámbitos.
Disney defiende que Piccolo perdió cualquier derecho a demandarles en 2019, después de suscribirse a un mes de prueba gratuito de su plataforma de streaming, Disney+. Fue entonces que, según los términos y condiciones, aceptó someterse a un arbitraje vinculante.
Lo mismo ocurre con el uso de la plataforma My Disney Experience, donde el demandante compró entradas para el parque temático Epcot. Según una cláusula, no puede emprender acciones legales en su contra.
Seguramente no sabremos jamás como acabará esta historia, todo depende de la decisión que tome el condado de Orange, pero esto ya no es noticia y dudo que sepamos cuál ha sido su decisión.
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