El historiador israelí, autor de éxitos globales como 'Sapiens', publica 'Nexus', un libro donde aborda el punto de inflexión y los peligros de la inteligencia artificial. Se ha convertido en un pensador de referencia global con libros como Sapiens o 21 lecciones para el siglo XXI y ahora regresa con Nexus , una historia de las redes de información desde la edad de piedra a esa IA que, dice, es un punto de inflexión en la historia humana. Una IA que no es solo un avance, razona, porque gobierna el lenguaje y puede tomar decisiones, y que para imponerse no necesita ningún Terminator, le basta con contar historias, como han hecho los humanos durante milenios. El israelí Yuval Noah Harari (Kiryat Atta, 1976) responde telefónicamente a Justo Barranco de la Vanguardia a mediados de agosto, “esperando a si estalla una guerra aún mayor o es posible un alto el fuego.
Es una situación tensa. No confío en las personas al mando, ni en mi gobierno ni en el otro bando. Espero que prevalezcan la razón y la compasión, pero dada la personalidad de quienes gobiernan es difícil tener esperanzas”.
Futuro distópico - La IA domina el lenguaje mejor que la mayoría; ¿qué pasa cuando pueda crear textos sagrados?”
Dice que si manejamos mal la IA puede eliminar el dominio humano en la Tierra. - ¿Qué significa?
Hemos creado una nueva inteligencia potencialmente más poderosa e inteligente que nosotros. Y si se sale de nuestro control, las consecuencias podrían ser catastróficas. Y no solo para la humanidad, sino para el resto del sistema ecológico. No porque la IA sea malvada, pero si es extremadamente poderosa y no le importamos y no le importan otras entidades orgánicas, podría hacernos lo que hemos hecho nosotros a tantos otros organismos, tantos animales.
Ahora bien, éste es un escenario muy extremo.
Con la IA, parte del problema es que hay cientos de escenarios muy peligrosos. Algunos fáciles de imaginar: un dictador le da a la IA el control de las armas nucleares y por error de cálculo hay una catástrofe. O los terroristas crean con la IA un nuevo virus mortal. Pero la naturaleza misma de la IA es que puede crear nuevas visiones e ideas por sí misma. No es una herramienta en nuestras manos. Estamos liberando millones de nuevos agentes autónomos que podrían volverse más inteligentes que nosotros y no podemos anticipar ni controlar qué harán.
Dice que tienen una poderosa herramienta: el lenguaje.
En la civilización, en la cultura humana, la clave de casi todo lo que hemos creado es en última instancia el lenguaje. Es la clave de la política, para persuadir a la gente. Es la clave del arte. De la religión.
Si piensa en los libros sagrados, las mitologías, las oraciones. Y las finanzas, el dinero, en última instancia se basan en palabras y símbolos. Hasta hoy, nadie excepto los humanos podía entender o crear estas cosas. Ningún otro animal sabía que hay dinero o dioses o naciones, porque se necesita el lenguaje para tratar con estas cosas.
Y la IA domina el lenguaje en muchos sentidos mejor que la mayoría. Ya crea textos, imágenes y vídeos, y es aún muy primitiva.
¿Qué sucederá cuando pueda crear manifiestos políticos persuasivos, nuevos dispositivos financieros, nuevos libros sagrados? Por miles de años, los humanos vivieron envueltos en el capullo cultural creado por otros humanos. Ahora, cada vez más será creado por una inteligencia no humana.
Señala que por primera vez nuestra historia no sucede solo por decisiones humanas. - Podríamos, dice, vivir dentro de los sueños de una inteligencia ajena que no necesita crear a Terminator, solo historias.
Sí. Lo vimos hace casi diez años, con la campaña de limpieza étnica en Myanmar contra los rohingya, en parte impulsada por algoritmos que, para aumentar la participación de los usuarios en Facebook, difundieron teorías conspirativas escandalosas, noticias falsas y odio contra esta minoría. Esto llevó al asesinato de decenas de miles. Incluso si los algoritmos tienen solo un 1% de responsabilidad es la primera vez en la historia que las decisiones tomadas por una IA sobre qué información difundir han contribuido a un importante cambio histórico. Los algoritmos ya han matado a gente.
Y si nos fijamos en las democracias, vemos una situación extraña. Los estadounidenses tienen la tecnología de la información más sofisticada de la historia pero están perdiendo la capacidad de hablar entre sí y escucharse. La sospecha es que esta tecnología, en lugar de facilitar la comunicación, la dificulta. Porque hay muchas voces no humanas.
La democracia es una conversación y debería ser entre humanos. Pero en los últimos años muchas entidades no humanas han entrado. Más del 20% del contenido de Twitter lo difunden bots. Y los algoritmos que deciden qué voces amplificar y silenciar no son humanos. ¿Qué pasa con la conversación humana cuando las voces más fuertes en ella no son humanas?
Apunta a un momento de fracaso para el diálogo democrático. - La gente no puede ponerse de acuerdo en casi nada, en los hechos más básicos, escucharse, mantener un debate razonado. Cuando vemos que ocurre lo mismo en todo el mundo, surge la sospecha de que debe haber una causa común y que sea la nueva tecnología de la información. No era posible tener democracias a gran escala antes de la tecnología de la información moderna. Las democracias antiguas eran pequeñas ciudades-Estado o tribus.
Si millones de personas intentan mantener un debate y no hay periódicos ni radio ni televisión, no pueden. Y como la democracia se edifica sobre esas tecnologías de la información, cualquier revolución importante en ellas está destinada a crear conmoción en la democracia.
Cree que en EE.UU. no hay divisiones mayores que en los sesenta. Y habla de suicidio conservador.
Algunas personas intentan explicar lo que sucede en EE.UU. por profundas divisiones ideológicas, pero eran peores en los años sesenta. Los derechos civiles, la revolución sexual, Vietnam, el apogeo de la Guerra Fría... Pero los estadounidenses eran capaces de mantener una conversación razonada. Estaban de acuerdo en hechos básicos, como quién había ganado las elecciones. Ahora es imposible.
Y las diferencias ideológicas no parecen ser mayores. Es difícil explicar lo que está sucediendo solo en términos de ideología. Y de hecho en muchos países los partidos que se definen como conservadores se están suicidando, se convierten en partidos radicales antisistema. Trump y sus partidarios son revolucionarios radicales. Están en contra del FBI, dicen que las elecciones son un robo. Quieren desmantelar por completo el sistema existente, crear algo nuevo. Hoy partidos conservadores se convierten en revolucionarios radicales y los llamados progresistas, como los demócratas, deben convertirse en guardianes de las instituciones.
“Si Trump es elegido, podría hacer algo similar a Chávez y Putin”
¿Teme que gane Trump? -
Mucho. Dice abiertamente que no respeta el proceso democrático básico. Lo más importante de las democracias es su capacidad de autocorrección. Si votas por un hombre fuerte, un dictador, puede tomar muchas decisiones buenas pero tarde o temprano tomará una mala, no reconocerá su error y no podrás deshacerte de él.
En Venezuela Chávez y su movimiento llegaron al poder democráticamente y durante un tiempo mucha gente pensó que estaban haciendo cosas buenas, pero finalmente comenzaron a destruir el país. Y ahora el pueblo de Venezuela no puede deshacerse de ellos. Y el peligro es que algo similar pueda suceder en Estados Unidos. Si Trump es elegido, podría hacer algo similar a Chávez y Putin.
¿Cómo alinear la IA y la vida? -
Hemos de darnos cuenta de que aún tenemos el control. Es responsabilidad de los gobiernos regularla. Por miles de años prohibieron el dinero falso y ahora deben prohibir la creación de seres humanos falsos, los bots y algoritmos que se hacen pasar por humanos y difunden historias.
Una IA nunca debería hacerse pasar por un ser humano.
Las empresas de redes sociales dicen que no quieren censurar las opiniones de ningún ser humano por la libertad de expresión. Y puedo entenderlo, pero los bots no tienen libertad de expresión. No hay defensa para las empresas de redes sociales que permiten que entidades no humanas, bots, secuestren la conversación. Y si los algoritmos que administran una red social difunden indignación y teorías conspirativas para aumentar la participación, deben ser considerados responsables como lo sería el editor de un periódico.
¿Cómo ve el momento actual de la guerra en Israel, las decisiones de Netanyahu, esta guerra masiva que algunos llaman genocidio? - Es peor que en cualquier otro momento de mi vida. Estamos al borde del abismo. Por muy mal que hayan ido las cosas en los últimos meses, ahora podrían desembocar en una guerra regional a gran escala, que es lo que quieren los extremistas de ambos bandos. Tienen sus fantasías mesiánicas y creen que cuanto más grandes sean las llamas, antes llegará el Mesías o lo que sea. Lo que tenemos que recordar es que la raíz del conflicto aquí es que hay dos pueblos que existen en esta tierra y que tienen derecho a existir aquí. Pero ambos tienden a negar la existencia del otro o su derecho a existir.
Debería ser sencillo reconocer que hay más de siete millones de palestinos que nacieron aquí y no tienen ningún otro lugar a donde ir. Y también hay más de siete millones de judíos. La mayoría nacieron aquí, no tienen dónde ir y también tienen derecho a existir aquí. Y es técnicamente posible que ambos coexistan en dos Estados o en algún otro tipo de acuerdo, porque no hay escasez objetiva de tierra, alimentos, agua o electricidad. Lo que impulsa el conflicto son las mitologías, las fantasías, como las ideas de que Dios nos dio todo este país y los demás no pertenecen aquí y todos deberían desaparecer. Tan pronto como nos deshagamos de estas fantasías y reconozcamos la simple realidad de que hay dos pueblos aquí con derecho a existir, debería ser posible encontrar una solución viable para que judíos y palestinos podamos disfrutar de seguridad, prosperidad y respeto en el país que nos vio nacer.
El alto el fuego no es suficiente. Necesitamos volver a la idea de la paz, una paz basada en el reconocimiento del derecho de ambos pueblos a existir. Hemos visto la historia de pueblos que han luchado entre sí durante siglos con extrema crueldad y finalmente cambiaron de opinión y encontraron formas de vivir junto. No creo que judíos y palestinos sean diferentes como para no poder hacerlo.
¿Netanyahu es un obstáculo?
Israel no es Netanyahu. Sigue siendo una sociedad democrática. Hay una oposición muy fuerte contra él. Incluso antes de la guerra, cientos de miles de israelíes se manifestaban contra sus políticas. Incluso ahora, en medio de la guerra, cada semana hay decenas de miles de israelíes manifestándose en las calles contra él y las políticas que lidera. Espero que finalmente se establezca un gobierno israelí diferente, que elija un camino diferente, tanto para proteger la democracia israelí como para hacer la paz con los palestinos y el mundo árabe.
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