BLOG DE FRANCESC PUIGCARBÓ - ÚLTIMOS ESCRITOS

A QUIEN CORRESPONDA

 

En A quien corresponda, Joan Manuel Serrat cantaba que no hay otro tiempo que el que nos ha tocado, que es una manera de aceptar que hay que llevarse bien con la vida, ser leal con uno mismo para poderte mirar al espejo y dejarse querer por aquellos que son tu gente. Serrat es todo eso y mucho más. Sus versos están escritos en el muro de nuestra memoria como grafitis morales que nos han ayudado a reflexionar sobre un mundo donde el odio gana el pulso a los afectos y los cretinos se imponen diariamente a los clásicos. No es un apóstol de la esperanza, pero al menos es discípulo de la ilusión, porque, como dijo el miércoles en Gijón, “soy un pesimista de la realidad, pero soy partidario de la vida, así que me encanta levantarme y seguir porque tengo el optimismo de la necesidad”.

A Serrat hoy le conceden el premio Princesa de Asturias de las Artes, aunque ha tenido que colgar la guitarra para que se lo dieran. No es un artista al que le gusten los honores, los trofeos o las alharacas. Sus premios han sido el cariño de la gente, el abrazo de los amigos e incluso el respeto de los rivales. Se merecía el galardón más que cualquier otro, porque ha compuesto la banda sonora de nuestra vida, ha sido ese compañero de pupitre que ha crecido a nuestro lado y el colega que nos ha ayudado a reconocernos en nuestra infancia. Las letras de Serrat son un manual de instrucciones de la dignidad, un diccionario de verdades como puños, un atlas donde situar el barrio en el crecimos y el paraíso que no encontramos.

Serrat recibe el Princesa de Asturias de las Artes pregonando el optimismo de la necesidad

Él es uno de los nuestros, al que siempre le gustó que cada loco fuera con su tema, pero la memoria permaneciera en la de todos. Que nos recordó el valor de esas pequeñas cosas que acechan detrás de la puerta, que nos sonríen tristes y nos sacan una lágrima cuando nadie nos ve. Y que aún es capaz de levantar la voz ante un público joven para decirle que podemos renegar de todo, menos de los ideales. Y que el progreso no es la inteligencia artificial, sino conseguir que disminuya el número de pobres.

El premio a Serrat muchos nos lo hacemos nuestro. Ignoro qué dirá en su discurso en Oviedo, pero le valdría aquella frase de Mario Benedetti, cuyo poemario divulgó: “Yo quisiera ser yo, pero un poco mejor”. Sinceramente suyo. Màrius Carol.

Aqui se puede ver y escuchar la charla que tuvo con otro fenómeno, Iñaki Gabilondo con motivo de la recepción del Premio Princesa de Asturias de las Artes.

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