Lo anticiparon Platón, Kant, Calderón y Borges: lo que creemos que es la realidad no es más que una proyección en nuestra mente del gran teatro del mundo con una inmensa biblioteca neuronal. Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia lanza una teoría que enlaza aquellas intuiciones con la ciencia. Nuestro cerebro anticipa la realidad con gigantescas imágenes que va reduciendo en dos etapas: el nacimiento y la adolescencia. Así nos adaptamos al medio con el fin de sobrevivir para reproducirnos. Si su modelo se impone, habrá superado el input-output de Cajal en el que percibimos estímulos y actuamos en consecuencia. Y, al entender cómo funciona el cerebro, revolucionaremos la educación, la geopolítica y todas las relaciones humanas... El gran salto adelante de la nueva teoría Yuste empezará a darse cuando sirva para curar una enfermedad mental.

Lluís Amiguet le ha entrevistado en la vanguardia:

¿Cómo funciona el cerebro?

Averiguarlo es como armar un rompecabezas. Hay varias teorías generales para encajar las piezas. Empezaron Cajal y Sherrington sosteniendo que el cerebro es una máquina de input y output.

¿Percibe estímulos y emite respuestas?

Las piezas de esa teoría no acaban de encajar. Encajan mejor con la teoría de que el cerebro es una máquina de predicción.

¿Anticipa escenarios y los compara con la realidad para elegir una conducta?

Es un generador de realidad virtual. Tenemos un teatro del mundo en la cabeza que va anticipando lo que va a ocurrir en el futuro. Y sobre esa anticipación elige un comportamiento entre los posibles.

¿Por qué elige uno y no otro?

Nuestro cerebro elige siempre la conducta que nos ayude a sobrevivir y reproducirnos. Y lo hace con complejos cálculos...

A veces no parecen tan complejos.

Es muy sofisticado: créame. Una gran parte de lo que hacemos tiene que ver con el otro sexo, con el reproducirse.

Eso cuadra con lo observable.

De ahí que para elogiar la inteligencia de un humano digamos que “las ve venir”.

¿Obedecemos al gen egoísta?

La evolución nos ha ido creando un cerebro para predecir el futuro. Los animales con cerebro tenemos así una gran ventaja sobre los que no lo tienen.

¿Cómo construimos el gran teatro del mundo en nuestro cerebro?

Ahora hay que ser contraintuitivos...

Esto es La Contra : adelante doctor.

Pensamos que las cosas se construyen, como una casa, pieza a pieza; pero el cerebro lo hace al revés: va del todo a las piezas.

¿Deconstruye lo imaginado?

Anticipa una casa enorme y luego le va quitando todo lo que no va haciendo falta. Es como el escultor que de un gigantesco bloque de granito acaban quitando piedra y tallando una pequeña figura humana.

¿No es derrochar energía cada vez?

No es a cada vez. Solo realizamos esa deconstrucción dos veces en la vida. Nacemos con una inmensa red neuronal para anticipar el mundo, que es como tener conectados en el cerebro seis veces todos los enlaces de la red planetaria de internet.

¡Eso es una red inmensa!

Durante la adolescencia vamos descartando enlaces y quedándonos con los que nos son más útiles hasta quedarnos, digamos que en tres veces esa red.

¿Para qué tanta energía derrochada?

Mi hipótesis es que nacemos con el cerebro adaptado para cualquier entorno –del desierto al polo– para ir descartando después los enlaces que no necesitamos.

¿Seguimos siendo igual de adaptables toda la vida? ¿La neuroplasticidad dura?

La gran poda solo se hace en el desarrollo embrionario e inicial y luego en la pubertad y adolescencia. Después aún tenemos plasticidad, pero menos....

¿Por eso cuesta más aprender idiomas de mayor?

Y eso explicaría también la esquizofrenia: esa poda sería defectuosa y los esquizoides recibirían más estímulos que tú y yo.

¿Pero esas voces existen?

Para ellos son tan reales como la suya ahora mismo.

¿Entonces vivimos en una película que nos proyecta nuestro cerebro?

Ya lo dijo Platón con su cueva, en la que vemos proyectado un mundo no real.

Y Kant dice que la mente humana no refleja el mundo, sino que es al revés: el mundo refleja la mente humana. Y así se entienden las matemáticas. Y que un manco aún sienta su brazo...

¿Dónde nos lleva este nuevo paradigma que usted propone?

Empezamos a entender nuestro cerebro por dentro, y es una revolución. Sabremos comunicarnos desde dentro y no como ahora, que concebimos los cerebros como cajas negras aisladas que perciben y reaccionan. La educación será el primer campo de esta revolución. ¿Por qué encerrar 20 años a un ser humano en una clase?

¿Dónde ve nuevos neuroprogresos?

La guerra: entender sus neuromecanismos hará a la diplomacia más efectiva.

Ojalá (que viene de Alá).

La sociedad tendrá en sus manos la forma de descifrar el funcionamiento del cerebro, y necesitamos repensar la ética.

¿Cuándo será una realidad?

Yo fui médico antes que neurocientífico y para mí habremos llegado cuando esta teoría general pueda curar enfermedades.


Primero será ciencia y luego medicina. Y hay enfermedades psiquiátricas y otras neurológicas. Algunas, como el alzheimer, se curarán antes que otras, como la esquizofrenia, la depresión o la ansiedad, que son más complejas.