Apéndice del escrito anterior sobre los cuenta cuentos en Marraquech. Considero de justicia publicar este añadido al escrito anterior para constatar que no solo hay cuenta cuentistas masculinos.

Cuando empieza a asomar la noche, la plaza Djemaa al-Fna de Marrakech refleja su verdadera esencia. Y eso es algo que el foráneo puede verificar porque se forman múltiples corros. La mayoría envuelven a músicos y bailarines locales o a artistas callejeros que se las ingenian para elaborar múltiples juegos y hacer a todo paseante partícipe. Alguno que otro más alejado puede que lo protagonice un cuentacuentos aunque, en su gran mayoría, son hombres. ¿Dónde están las mujeres? ¿Practican este arte? 

“Cada vez son más las que sí”, asegura Brahim Daldali, profesor de la International Storytelling School de Marrakech. Su socio, Zouhair Khaznaoui, explica que “ellas están invitadas a formar parte de esta modernización del oficio y a dar la vuelta a muchos cuentos machistas. Muchas se sienten apeladas, por eso son cada vez más las que se apuntan como alumnas, aunque sean minoría. Eso sí, acostumbran a preferir la discreción de los cafés y riads y a no hablar más que con su público”.