Es probable que Luis García Berlanga le hubiera sacado punta a la intervención llena de insultos y a toda voz, en español, de la eurodiputada del PP Dolors Montserrat durante el examen para ratificar a Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión, que tuvo lugar la semana pasada en el Parlamento Europeo. O, teniendo en cuenta la gravedad del momento, quizás hubiera sido el genio del expresionismo alemán, F.W.Murnau, el que se hubiera inspirado ante las maniobras del PP para boicotear a Ribera, que han puesto en jaque a toda la Comisión en el momento menos oportuno. Decidan ustedes quién encarnaría a Nosferatu, escribe Mar Jiménez en la vanguardia.

Bromas cinéfilas aparte, lo que está haciendo el PP en Bruselas con la complicidad de los ultras es de extrema gravedad. “Desgraciado”, “vergonzoso”, “programa de mierda”, “show de trolls”. Son, cito literalmente, algunos de los atributos con los que en los círculos europeos se describió la ofensiva de la derecha y ultraderecha contra Ribera durante su examen en el Parlamento Europeo. Guiados por intereses personales y partidistas, los populares han secuestrado las instituciones comunitarias. Y no solo están haciendo tambalear el bloque europeísta sobre el que se construyó el proyecto comunitario, sino que están bloqueando la ratificación de la nueva Comisión, debilitando con ello la presidencia de Ursula von der Leyen.

Lo que está haciendo el PP en Bruselas con la complicidad de los ultras es de extrema gravedad

Europa afronta el momento más delicado desde su fundación. El malestar social no para de crecer, las guerras rodean al continente y cada nuevo nombramiento de Trump hace realidad los augurios más pesimistas. Por todo esto, el nuevo Gobierno comunitario debería empezar a andar lo antes posible para abordar la crisis del coste de la vida, los desafíos asociados al cambio climático y la imperiosa necesidad de reforzar la autonomía estratégica. Sin embargo, el PP ha preferido lanzar una ofensiva ignominiosa contra Ribera y de forma indirecta contra Von der Leyen para tapar la incompetencia de Mazón, paralizando Europa en un momento crítico. En vez de asumir responsabilidades, han tomado un camino peligroso de final incierto. 

Esta ofensiva sin sentido no solo puede hacer descarrilar el Gobierno europeo, sino que alimentará aún más la ola antipolítica. Que, por supuesto, también se llevará a los de Feijóo por delante. Murnau estaría encantado.