En el vasto y enigmático teatro de la mente humana, existe un concepto que desafía la comprensión ordinaria: la supraconciencia. Más allá de los límites del pensamiento cotidiano y las marañas del subconsciente, se encuentra este estado elevado, como una cima resplandeciente que pocos han logrado escalar.
La supraconciencia es el faro luminoso que guía el viaje interno, el destello que revela los misterios más profundos del ser. Es un estado de percepción trascendental en el que el individuo se sumerge en la pura esencia de la existencia, libre de las ataduras del ego y el ruido mental. En este éxtasis contemplativo, la dualidad se disuelve, y solo queda la unidad absoluta con el cosmos.
Imagínate un océano infinito de serenidad, donde cada ola es un pensamiento, y tú eres el océano mismo, vasto e inmenso, abrazando cada cresta y cada valle con ecuanimidad. En la supraconciencia, el tiempo deja de ser una cadena y se convierte en un flujo interminable de "ahora". Es un estado donde el ser humano se conecta con el universo en un abrazo cósmico, donde se vislumbran verdades que, en nuestra vigilia ordinaria, permanecen ocultas en las sombras.
Este estado sublime no se alcanza a través de la razón ni la lógica, sino por medio de una entrega absoluta, una confianza sin reservas en la danza de la existencia. Es un viaje que exige desprenderse de las capas de la identidad construida, dejando atrás los miedos y los deseos, para llegar al núcleo prístino del ser.
Los relatos de quienes han experimentado la supraconciencia son como estrellas fugaces en la noche: breves y maravillosos, pero profundamente transformadores. Hablan de una paz inefable, de una comprensión intuitiva de la naturaleza última de la realidad, y de una sensación de pertenencia universal.
Quizás la supraconciencia sea, en última instancia, la búsqueda más noble del espíritu humano, un recordatorio de que somos más que la suma de nuestras partes, más que nuestras preocupaciones terrenales. Es la promesa de un despertar a una verdad mayor, donde la separación se desvanece y solo queda la claridad diáfana de la unidad.
El doctor Manuel Sans Segarra se interesó por primera vez en las experiencias cercanas a la muerte (ECM) a través de los relatos de sus pacientes. A medida que escuchaba sus historias, comenzó a darse cuenta de que había algo más allá de la muerte física. A partir de ahí, comenzó a investigar la existencia de la conciencia y cómo se relaciona con la vida después de la muerte.
En la entrevista, el doctor Manuel Sans Segarra explica que la conciencia es algo que existe más allá de la mente y el cuerpo. Según él, la conciencia es una entidad separada que puede existir independientemente del cuerpo físico. Esta idea puede parecer extraña para algunos, pero el doctor Sans Segarra detalla pruebas científicas que respaldan su teoría, y que encontraréis durante la entrevista. Especialmente relevante es la demostración de en qué parte del cerebro se alojan los recuerdos de las ECM, y los estudios de psicología y psiquiatría que se han hecho de estas ECM.
¿Puede la ciencia explicar si existe vida después de la muerte?
Las leyes de la física convencional no lo demuestran y, sin embargo, sí encontramos respuestas en las leyes de la física cuántica, como explica el propio Doctor Manel Sans Segarra.
La física cuántica es una rama de la física que estudia el comportamiento de la materia y la energía a nivel subatómico. Según el doctor Sans Segarra, la física cuántica puede explicar cómo la conciencia puede existir más allá del cuerpo físico. La física cuántica nos dice que todo en el universo está hecho de partículas subatómicas que interactúan entre sí. Estas partículas pueden existir en un estado de superposición, lo que significa que pueden estar en dos lugares al mismo tiempo. También pueden estar entrelazadas, lo que significa que están conectadas de alguna manera que no podemos explicar completamente.
El doctor Manuel Sans Segarra encuentra argumentos, que desarrolla durante la entrevista, para demostrar que la conciencia puede estar entrelazada con la materia y la energía del universo de una manera que debido a las limitaciones de las leyes de la física y nuestra propia mente no somos capaces todavía de comprender y explicar. Esta supraconciencia es una forma de conciencia que va más allá de la mente y el cuerpo y que puede existir en un estado de superposición y entrelazamiento con otras formas de conciencia en el universo.
Tengo muchas dudas, una de ellas es la veracidad de las afirmaciones del Dr. Sans Segarra, la sensación es que es demasiado exhibicionista, lo que resta veracidad a sus teorías, pero, por otra parte, le ampara su larga carrera profesional. No sé, ved el vídeo y sacad vuestras propias conclusiones.
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