Los productores de cualquier película hecha en Reino Unido están obligados a mostrársela a un organismo llamado British Board of Film Classification (en sus orígenes, las mismas siglas servían para referirse a Comité Británico de Censores de Películas, mucho menos eufemístico) que le otorga una etiqueta de recomendaciones por edades, basada en la cantidad de escenas violentas, sexuales o lenguaje soez que contiene. En el 2015, el cineasta independiente Charles Shackleton, que tenía entonces solo 22 años, estaba furioso por tener que pagar unas 1000 libras al BBFC por cada una de sus películas autodistribuidas de ínfimo presupuesto, así que decidió organizar una especie de protesta situacionista. Recolectó dinero entre otros cinéfilos cabreados para rodar una película que se llamase Paint Draying, o sea Pintura secándose, y que consistiese en eso, minutos y minutos de un plano de una pared de ladrillos pintados de blanco en proceso de secarse. El metraje sería tan largo como dinero consiguiese recaudar. Fueron diez horas y siete minutos, que los miembros del BBFC tuvieron que tragarse. La película tiene una segunda vida en la red social Letterboxd, donde está colgada y la gente la utiliza para contar cualquier cosa diarística que les pase por la cabeza. Ha acumulado más de 18.0000 comentarios y tiene una puntuación de 4,9 estrellas sobre cinco. Begoña Gómez Urzaiz.
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