No nos preguntamos desde siempre en qué consiste el acto de pensar, ¿quién es lo que piensa? Cualquiera que no acepte las cosas tal y como son. El primer pensador fue sin duda el primer maniático del por qué. En el fondo, hay muy pocos hombres que sufran esta manía. De hecho, yo los he encontrado en un número muy restringido. Ir al fondo de las cosas, querer llegar más bien, sufrir por no conseguirlo, exige un tipo de espíritu más extraño de lo que se cree. En todo caso, el por qué es una enfermedad insólita, y por tanto nada contagiosa. Pienso en mis "errores" pasados y no puedo lamentarlos. Sería como pisar mi juventud, lo que no deseo a ningún precio. Mis entusiasmos de antaño emanaban de mi vitalidad, de mi deseo de escándalo y de provocación, de una voluntad de pragmatismo deteriorado por mi nihilismo de entonces... Lo mínimo que podemos hacer es aceptar nuestro pasado, o dejar de pensar en él, y considerarlo algo muerto y bien muerto. - E.M.CIORAN
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