«Que personas poco inteligentes hagan cosas poco inteligentes es fácilmente comprensible. Lo que resulta difícil de entender es que personas muy inteligentes hagan estupideces.» - José Antonio Marina.
«Nosotros poseemos una inteligencia moderna, reflexiva, educada, capaz de utilizar lógicas formales, pero que manifiesta con frecuencia disfunciones que la impiden alcanzar su objetivo: dirigir bien el comportamiento para resolver adecuadamente los problemas. Entre estas derrotas de la inteligencia podemos incluir las equivocaciones, que pueden ser ocasionadas por ignorancia, olvido, malas inferencias o distracción, y la insensatez, cuando el error deriva de una mala concepción de la realidad o de un mal uso persistente de la inteligencia. El castellano reconoce la diferencia. Quien se equivoca está equivocado; quien comete insensateces es un insensato. La diferencia entre “estar” y “ser” es crucial.»
«Cuando decimos que el poder corrompe, estamos diciendo que el poder abre un campo donde los errores se facilitan. Un marco de insensatez. La bipolaridad feroz de los partidos políticos disminuye su capacidad para resolver los problemas de la sociedad. También es un marco estúpido al que los ciudadanos nos hemos habituado. Es la Realpolitik, qué le vamos a hacer. Ya han aparecido dos trampas mentales: puedo habituarme a cualquier cosa, y la pasión del poder genera “marcos de insensatez”, en los que puede darse cualquier disparate.»
«La fascinación por el poder es una tendencia humana que retoña periódicamente. Mussolini, Hitler, Stalin, Mao Zedong, Putin, Erdoğan, Chávez o Trump. ¿Qué extraño fallo de nuestra inteligencia nos hace admirar a quien puede esclavizarnos?»
«Igual que el entomólogo colecciona mariposas, yo cuido mi colección de fracasos mentales. Podemos distinguir entre fracasos cognitivos, afectivos y volitivos. Los fracasos cognitivos tienen lugar cuando una creencia resulta invulnerable a la crítica o a los hechos que la contradicen. El prejuicio, la superstición, el dogmatismo y el fanatismo son planetas de esa misma constelación […]. La causa de los fracasos afectivos es que nos perdemos en nuestro laberinto sentimental […]. Los fracasos de la voluntad se manifiestan de muchas maneras: la abulia, las adicciones, la impulsividad no controlada, los déficits de atención voluntaria, la procrastinación, la indecisión, la rutina, la inconstancia, la obcecación.»
• Informaciones falsas. Es el proceso más elemental. Aprovechando vías de comunicación normales, se difunden ideas o noticias falsas que confunden a la víctima, que puede acomodar su respuesta a ellas. No se trata de errores involuntarios, sino de mentiras intencionadamente difundidas. El mundo está preocupado por el aumento de la desinformación, esto es, de la utilización de información falsa para influir en las decisiones de otras personas.
• Virus mentales. Son mensajes cognitivos o afectivos que aprovechan las vulnerabilidades de una persona, las chapuzas evolutivas, las fisuras en la racionalidad, pero con la finalidad expresa de alterar los sistemas de control. Estos “virus” debilitan la autonomía del sujeto suavemente, sin que se percate. La atención voluntaria es una de sus presas más importantes. Cuando vivo en régimen de atención voluntaria, yo decido los contenidos de mi conciencia, por eso es condición para la acción libre. Cuando vivo en régimen de atención involuntaria, es el estímulo el que se cuela en ella. Si alguien se adueña de mi atención, se adueña de mi libertad.
• Marcos de insensatez. Son estructuras más complejas, que incluyen informaciones falsas, virus, creencias, movilizaciones emocionales, instituciones sociales, costumbres, ideologías que parecen imposibles de cambiar y que, por lo tanto, obligan no solo a aceptarlas, sino también a acomodarse a ellas. Es fácil poner ejemplos. La política armamentística es uno de ellos. Para mantener la paz, es preciso poner en práctica una política de disuasión que consiste en aumentar la capacidad destructiva.»
José Antonio Marina - VACUNA CONTRA LA INSENSATEZ
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