No se trata de ser cenizo, pero cuando los datos económicos son positivos, quizás es un buen momento para reflexionar sobre aquello que no va tan bien. Y el mercado laboral español tiene un gran problema desde hace mucho tiempo, del que se habla poco porque no está bien visto criticar la falta de implicación de los trabajadores. El problema se llama absentismo laboral. Desde hace muchos años, España está a la cabeza de la UE en cuanto a bajas laborales, y en el primer trimestre de este año el porcentaje general ha alcanzado el 7% de las horas pactadas. Las jornadas no trabajadas como consecuencia de bajas médicas se ha más que duplicado en una década, según un estudio publicado este año por la consultora Randstad Research.
España lleva años interpretando un papel peculiar: el de liderar el ranking de bajas laborales. En el primer acto de este año, nada menos que un 7% de las horas pactadas se han perdido por esta causa. Un porcentaje que, al compararse con el resto del reparto —Francia con un 4,4%, Portugal rozando el 3,2%, e Italia moviéndose entre bambalinas con un 3,5% aproximado— revela que España protagoniza una escena aparte.
¿Qué guión explica este fenómeno? - Algunos expertos apuntan a un sistema sanitario público que se despliega lento y congestionado, donde cada cita se convierte en una espera, y cada prueba en una odisea. Esto alarga las bajas, no por voluntad sino por burocracia.
También entra en escena el envejecimiento de la población activa, un reparto de trabajadores donde la experiencia convive con las dolencias crónicas, y donde el tiempo de recuperación se convierte en un viaje más largo.
Las condiciones económicas actuales, por su parte, han otorgado al trabajador una mayor sensación de seguridad: ya no es tan temeroso el descanso si el empleo parece asegurado. El miedo al despido ha abandonado el escenario, dejando paso al bienestar personal como protagonista.
Y qué decir de los nuevos capítulos que se están escribiendo sobre la salud mental. La ansiedad, la depresión, el desgaste psicológico… se han convertido en actores de peso que, sin hacer ruido, vacían oficinas.
La irrupción generacional tampoco pasa desapercibida. Jóvenes más comprometidos con sus propias emociones que con el calendario de la empresa, reivindican un nuevo tipo de contrato —no solo laboral, sino vital— en el que estar bien vale más que estar siempre ocupado.
Sumemos a esto jornadas extensas, escasa conciliación familiar, estrés como telón de fondo. El resultado es una obra que exige cambios en su guion.
En Portugal, que están en el 3,3% de absentismo, el Gobierno ha tomado una serie de medidas que combinan des burocratización y protección:
- Bajas médicas de hasta 3 días sin pasar por el médico, mediante autodeclaración online. Se pueden solicitar dos veces al año.
- Extensión del teletrabajo a padres con hijos con discapacidad o enfermedades crónicas.
- Aumento de la baja de paternidad de 20 a 28 días.
- Endurecimiento de sanciones por no declarar trabajadores a la Seguridad Social.
- Presunción de vínculo laboral para trabajadores de plataformas digitales como Uber o Glovo.
Más o menos lo de aquí, pero con resultados muchos mejores si comparamos de 3,3% con nuestro 7%. Un ranking que, por cierto, lidera Catalunya.
- Catalunya 7,1%
- Comunidad Valenciana 6,7%
- Madrid 6,2%
- Andalucía 6,4%
En el resumen tendríamos que España es líder europeo en bajas médicas y absentismo laboral y como en el caso del espía de la CIA en Cuba, tenemos todos los datos, pero ninguna conclusión, solo que és un problema endémico sin solución.
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