Tiene consecuencias psicológicas para la salud mental de los pasajeros el caos ferroviario en la red de trenes regionales y de Rodalies, especialmente profundo en el sur de Catalunya por la dejadez en el servicio y el mantenimiento de la infraestructura, agudizado con las obras del corredor del Mediterráneo en el último año. Un estudio pionero del departamento de Psicología de la Universitat Rovira i Virgili (URV) avala ahora con datos e informaciones concretas la percepción de los sufridos pasajeros y las quejas reiteradas de los plataformas de usuarios.
Quienes más frecuentan los trenes más síntomas de ansiedad, depresión y malestar físico tienen si se compara con los valores de referencia de la población en general. “El no saber si llegarás al trabajo, si podrás hacer un examen o llegarás al médico para recibir un tratamiento genera una incertidumbre que obviamente tiene consecuencias”, destaca Sergi Martín-Arbós, investigador del Departamento de Psicología de la URV, que ha liderado el proyecto.
“No nos sorprende, confirma lo que llevamos mucho tiempo denunciando. Nuestras quejas ahora son un diagnóstico, no somos unos histéricos, somos víctimas de un maltrato diario, vivimos con angustia, ansiedad y depresión. No es un sufrimiento solo de los usuarios, también de nuestra gente: familia, pareja o amigos”, destaca Ana Gómez, portavoz de la Plataforma Dignitat a les Vies.
Los resultados obtenidos en el estudio psicológico “no realizan ningún diagnóstico clínico”, advierten desde la URV, “pero apuntan a que los valores de estos indicadores son significativamente más altos en las personas que utilizan el tren, especialmente las que lo hacen a menudo”. Unos niveles superiores a los de referencia de la población al analizar la ansiedad, la depresión, la hostilidad y sus somatizaciones: malestares físicos como dolores de cabeza o digestiones pesadas asociadas al estrés.
Los investigadores han detectado que hay una parte de los usuarios, hartos, los más habituales y los que tienen mayor dependencia con el tren, que se han visto obligados a introducir cambios en su forma de vivir. “Hay personas que han cambiado de domicilio, de trabajo o de estudios. Cuando ves que es una situación que se alarga en el tiempo y que parece que no tiene una solución clara es lógico empezar a buscar otras alternativas”, constata Martín-Arbós (URV).
Fueron los usuarios de los trenes regionales del sur quienes tuvieron la iniciativa, la voluntad de poner ciencia y datos al sufrimiento de los pasajeros. El departamento de Psicología de la URV recibió el encargo y se lo hizo suyo en primavera, como adelantó Esteve Giralt en La Vanguardia, y los resultados son concluyentes y alarmantes.
Un poderoso aval científico de que los retrasos continuados, la escasa fiabilidad de los horarios y los servicios, o las pésimas condiciones en las que a menudo se viaja en regionales y cercanías, de pie o mal sentado, en temperaturas elevadas, generan un enorme desgaste en el bienestar emocional.
La Plataforma Dignitat a les Vies confía en poder situar de una vez a los usuarios en el centro del debate para acelerar las inversiones y atajar el caos ferroviario. Una razón de peso para presionar a las administraciones. El estudio de la URV sigue abierto, con el equipo de investigadores analizando más en profundidad los resultados de las encuestas realizadas a 700 usuarios, en una muestra diversa en cuanto a la edad y el género, la orientación sexual, la situación laboral o el nivel de estudios.
El equipo del departamento de Psicología quiere estudiar ahora diferencias según el género, la situación familiar y otras variables personales porque se sospecha que la salud mental empeora a mayor dependencia con el tren, cuando apenas hay opción de buscar alternativas (el coche o la línea de alta velocidad) ni de cambiar de empleo o lugar de residencia.
Uno de los objetivos es ampliar la muestra. El cuestionario sigue abierto en la red. Una vez más los estudios sirven a menudo para confirmar lo que es un clamor de la ciudadanía, y que en el caso de Rodalies no ayuda en absoluto al rendimiento laboral de sus sufridos viajeros.
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