A raíz de la última película de la alcurnia de los simios "El reino del planeta de los simios" esta semana he revisionado todas la...
A raíz de la última película de la alcurnia de los simios "El reino del planeta de los simios" esta semana he revisionado todas las películas sobre el tema. He recuperado este escrito del 2011 sobre el padre de los simios, un escritor francés no demasiado conocido, Pierre Boulle, pero que os sonará enseguida al deciros que es el autor de las novelas "El Puente sobre el rio Kwai" y "El planeta de los simios", llevadas las dos al cine y en más de una ocasión la segunda.
La novela "El planeta de los simios" merecería la pena leerla o releerla, puesto que a pesar de ser la idea básica, la misma a la película, los simios son la raza dominante y los hombres sus esclavos, el enfoque que le da Boulle es mucho más interesante y preocupando a la vez que el de la película. Los homínidos consiguen incorporar a los simios en su vida porque se los hagan todas sus tareas, desde trabajar, hasta limpiar la casa, conducir, ir a comprar, etc. Qué sucede?, por cuanto caen en una indigente indolencia que los hace ir abandonado su superioridad sobre los simios. Que se sueltan, vaya, hasta que estos se dan cuenta y es cuando se sublevan y se apoderan de este mundo decadente y débil en el cual se instalan echando en sus antiguos amos.
Los simios no evolucionan pero. A la novela, el nivel de civilización es más o menos el de los años sesenta, o sea, los simios tienen aviones, autobuses, coches, motos, viven en pisos o casas, trabajan, llevan a sus hijos en la escuela, hacen deporte, etc. Vaya!, que hacen la misma vida que hacían los homínidos antes de abandonarse en su laxitud inconsciente.
Y aquí es donde quería ir a parar, esto que los simios hacen de no evolucionar, forzados por su carencia de capacidad evolutiva quizás tendríamos que empezar a hacerlo nosotros como sociedad de manera consciente. Me refiero a dejar de evolucionar tecnológicamente, es más, en algunos aspectos tendríamos que ser capaces de retroceder. Pondré algunos ejemplos: es una incongruencia fabricar automóviles y motos que pueden coger los 200 qm. Por hora y más y todo, si no se puede pasar de 120 por ley, o de 30 en muchas vías urbanas. Para ir a esta velocidad esté en ciudad, carretera o autopista no hacen falta pues ni 4x4 ni vehículos de gran cilindrada, con 90 caballos y un burro al volante, hay de sobra.
Tampoco es absolutamente necesario el aire acondicionado a los automóviles, casas particulares, despachos, bancos y todo tipo de establecimientos públicos o de venta al público, y sobre todo menos encara en el cine, sudar no es insano y pasar un poco de frío en invierno tampoco, y sin exagerar, enfriar o calentar representa un elevadísimo coste energético. A banda que hay unos ventiladores de techo que son una buena solución para refrescar el ambiente.
No es necesario para viajar o para ir de vacaciones, coger un avión y menos encara los centenares de miles que sobrevuelan la tierra cada día durante todo el año, de viejo que la gente siempre ha viajado y no había aviones. De hecho, viajar no es que se haga mucho hoy en día, simplemente se cambia el culo de lugar unos días y basta. Viajar es otra cosa muy diferente de irse 9 días siete noches a Playa Bávaro a un hotel y estarse allí todos los días salvo las excursiones obligatorias. Para descansar hace muchos años que se inventaron los balnearios o cualquier lugar donde simplemente no dependas del despertador.
Tampoco es necesario embotellar con plástico las bebidas (no hace paso tantos años que la Coca Cola grande era de vidrio) y no hablamos ya de las bolsas de plástico que usamos para ir a comprar desde el pan a los tetrabrics, al panadero o al súper (por cierto, el tetrabric es uno de los peores inventos de la historia de la humanidad). Hay una cosa muy antigua que se dice andar, y resulta que como yendo a paso normal se hacen unos 5 kilómetros por hora, quiere decir que muchas de las distancias que tenemos que recorrer en ciudades medias o grandes, normalmente no es muy más y sino también hay otro invento que se llama metro, autobús, o ahora con el Bicing. De hecho, por Sabadell, me suelo desplazar en bicicleta, y es muy cómodo, sobre todo si no te mangan el asiento. Habríamos también de organizarnos más bien en la hora de la comida por no derrochar tanto (canelones y croquetas vienen del aprovechamiento de sobrantes del día anterior). Aprender a consumir productos a su tiempo y próximos en la zona de residencia como se había hecho antes. Posiblemente no es correcto comer fruta o el que sea cualquier época del año, a banda que le da un valor añadido fruir-lo cuando corresponde, no cualquier época del año. Todavía recuerdo de pequeño cuando la fruta olía, era la del tiempo y la que había.
Supongo que hay muchas más acciones que se podrían hacer para ahorrar energías y productos contaminantes y creo es importante y urgente hacerlo. Todos los países que están en vías de desarrollo en Asia, si continúan creciendo al ritmo desmesurado actual, sobre todo China e india, harán la situación totalmente insostenible. Obviamente, el primero que vuelan los trabajadores a la que se empiezan a ver las orejas es llevar nuestro ritmo de vida, y tanto de derroche inconsciente no lo podremos aguantar. No soy excesivamente ecologista ni activista en este sentido, pero creo sinceramente que por sentido común, tendríamos que empezar a actuar en conciencia en el sentido que he explicado y en otros aspectos.
Ahora todavía estamos, no sea que después no vengan las prisas y sea ya demasiado tarde. Cómo dice Llàtzer Mustio: “El hombre no viene del mono: va hacia él”.
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