El Congreso ha tumbado la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas a la semana, una ley que ya llegaba con retraso, puesto que debía haber empezado a surtir efecto en 2024, con una primera reducción a 38 horas.  Las mujeres, los trabajadores del sector servicios y también de la industria y los empleados con peores salarios son los más perjudicados por la no aprobación de la norma, que también contemplaba "la medida estrella de la reducción de la jornada laboral: el control horario, en un país que hace una barbaridad de horas sin retribuir. Más de tres millones de horas extraordinarias a la semana", ha explicado en no pocas ocasiones vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, adalid y principal valedora de la medida. Sin embargo, los presidentes de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, y de la organización de autónomos ATA, Lorenzo Amor, no lo ven claro y consideran que no es cierto lo que repite como un mantra Díaz: que servirá para "aumentar la productividad y va a reducir el absentismo".  
Curiosamente, España es de los países en que más se trabaja, aunque se encuentra por debajo de la media de los 38 estados de la OCDE, con 1.634 horas al año, frente a las 1.740 de media de la organización, según el informe publicado por la OCDE con datos del 2024. En España se trabaja más que en otros países europeos como Alemania, Suecia, Francia o Reino Unido. 
El país del mundo donde menos horas se trabaja es Alemania, con una media de 1.331 horas al año por trabajador, seguido de otros dos países europeos, Dinamarca (1.379 h/a) y Noruega (1.407 h/a). España se sitúa con 137 horas más de media por trabajador que Francia (1.491 h/a) y 41 más que Bélgica (1.593 h/a).  
Otra cuestión sería el rendimiento que cada país obtiene de sus trabajadores, donde parece que España está en la cola, al menos en Europa.