"No tienen idea del fuego que han encendido en esta mujer; el llanto de esa viuda resonará en todo el mundo como un grito de guerra". Con estas palabras Erika Kirk, la esposa del activista conservador Charlie Kirk, habló la noche del viernes por primera vez tras la muerte de su marido, que tuvo lugar el miércoles después de que recibiera un disparo en una universidad de Utah. La imagen de Erika Kirk es MAGA de manual, y como ocurre con Trump, poco ayuda a calmar los ánimos que tanto necesitan Estados Unidos.
Kirk, era antiabortista y machista. Están grabadas decenas de declaraciones suyas claramente racistas. Y era un fanático de la libertad de llevar armas. Dicho esto, causa verdadero asombro comprobar cómo hay tanta, pero tanta, gente que durante este jueves se ha alegrado del asesinato de Charlie Kirk. Hay ejemplos a miles de quienes en lugar de lamentar su muerte la celebran o justifican en todo tipo de redes sociales. Este escrito del pasado junio cobra vigencia con este acto salvaje cometido por un chico de solo 22 años. Era un lobo solitario o forma parte de alguna organización extremista. No se sabe ni creo que se llegue a saber nunca, lo cierto es que el único que puede calmar la situación es Donald Trump, pero temo que no está por el trabajo, al contrario, el Presidente de Estados Unidos, se comporta como un hooligan que se dedica a atizar el fuego en vez de apagarlo. Este escrito del pasado junio cobra vigencia con este acto salvaje cometido por un chico de sólo 22 años. Como una enorme mancha de aceite, el odio se esparce por el planeta. No recuerdo quién lo dijo por primera vez, pero parece evidente que el meteorito somos nosotros.
LA PREMONITORIA DISTOPIA DE CIVIL WAR 11.6.25
Quien viera en su momento la película de Alex Garland ‘Civil war’ –estrenada en España el 19 de abril de 2024 – y tenga presentes las imágenes de la apocalíptica realidad estadounidense, tanto las de un reciente pretérito –el asalto al Capitolio el día 6 de enero de 2021– como las más actuales –reservistas de la Guardia Nacional y marines campando a sus anchas por las calles de Los Ángeles por orden presidencial–, establecerá rápidas asociaciones. 
 Como casi todas las películas distópicas, ‘Civil war’ puede verse como una obra premonitoria que hablaba hace justo un año de las tensiones que pueden conducir a una violenta escisión en un país en permanente estado de alerta desde que Donald Trump asumiera por segunda vez la presidencia. Los protagonistas de ‘Civil war’ son un grupo de periodistas que viajan por el país en plena contienda. El presidente lleva ya tres mandatos con una política autoritaria no tan distinta a la ejercida por Trump en la realidad. El asalto final a la ciudad de Washington es inminente. Lo van a llevar a cabo las fuerzas de una alianza militar establecida por los estados de Texas y California. Precisamente en este último ha saltado la chispa definitiva, por si no era suficiente, la escalada de miedo, tensión y alarma desatada por las agresivas políticas ‘trumpistas’ de inmigración o la guerra de los aranceles. 
Trump ha llegado a decir que si dependiera de él ordenaría la detención del gobernador de California, el demócrata Gavin Newson, después de que este le denunciara por ordenar el despliegue de efectivos militares solo para sus fines políticos. Cuando vean ‘Civil war’ entenderán cómo el presidente de esta distopía puede ser un personaje entrañable para Trump.
 Por supuesto, no es la primera vez que Estados Unidos vive una situación de esta magnitud, que por lo general deriva en tensión en las calles, saqueos descontrolados, brutalidad policial, toques de queda, estado de sitio... Y el cine, desde perspectivas antagónicas, se ha hecho eco de ello. Una de las mejores películas es ‘Detroit’ (2017), en la que Kathryn Bigelow reconstruye los sucesos acontecidos en Detroit en el verano de 1967, cuando la policía y la Guardia Nacional se desplegaron por la ciudad después de que una redada en un bar nocturno sin licencia fuera la espoleta para una masiva revuelta civil. El presidente era entonces Lyndon B. Johnson.  El asesinato del joven negro Rodney King a manos de cuatro oficiales blancos de la policía de Los Ángeles, en 1992, y los violentos disturbios derivados de ello, han estado en la base de algunas películas. Civil War junto con Idiocracy están a punto de dejar de ser distópicas. God save América!



Un paso más hacia un conflicto civil. Veremos en qué acaba esto.
ResponderEliminarTiene muy mala pinta. Máxime con la actitud de Trump, la viuda y el resto de Magas.
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