La Vanguardia le concedió este sábado un semáforo rojo a un Marciano. Concretamente a Marciano Gómez, conseller de la Generalitat Valenciana, porque aceptó eliminar el nombre de Ernest Lluch de un centro de salud, cuando fue un ministro de Sanidad asesinado por ETA, a quien se considera el padre de la ley general de la Sanidad, que puso las bases para la universalización de la atención sanitaria. Lluch ha pasado a la historia por su buen hacer y Gómez por su mal proceder. No solo en este caso. Hace apenas tres semanas reconoció ante la Audiencia Provincial de Valencia haber pagado a una trama corrupta por un asesoramiento y antes adjudicó 18,2 millones a un empresario al que la justicia pide 16 años de cárcel por corrupción.

El filósofo francés del siglo XVII Pierre Bayle, al que se considera la figura de la primera Ilustración, escribió que algunas sectas tratan a la historia como la comida en la cocina, pues toma los hechos crudos y los condimentan a su gusto. Marciano Gómez, nombrado para su cargo por Carlos Mazón, debe de considerar que Lluch fue un socialista y un catalanista que, con estos antecedentes, se atrevió a ser catedrático de Economía de la Universitat de València e incluso a ganar el premio Joan Fuster (¡ vade retro, Satanás!). Y además fue un político obsesionado con tender puentes, cuando lo que se lleva ahora es hacerlos saltar por los aires. Seguramente con estos antecedentes había que borrar su nombre del futuro centro asistencial de Travalón (Elx), decisión ratificada en la Diputación de Alicante con los votos de PP y Vox, que demostraron que su indignidad superaba a su ignorancia.

Es poco elegante y bastante miserable borrar el nombre de Lluch de un centro sanitario en Elx

Casi al mismo tiempo, Barcelona inauguró un CAP con su nombre, homenaje a un hombre bueno y un ministro de Sanidad que contribuyó a consolidar el Estado de bienestar en nuestro país. Hace unas semanas, un gran hospital de 500 camas en Campanar, que también debía llamarse Ernest Lluch, según el acuerdo del Botánico, la Generalitat Valenciana pasó a denominarlo Complejo Sanitario Campanar, rebajando el nombre del exministro para el centro de especialidades del hospital. Todo muy poco elegante, bastante miserable y hasta algo marciano. - Màrius Carol.