Dos médicos han certificado que Jordi Pujol no está en condiciones de afrontar un juicio. Lo hicieron por escrito la semana pasada y lo han ratificado ante el tribunal que juzga a la familia del expresidente: "Hay una clara dificultad en la rememoración de recuerdos pretéritos. No recuerda los años de vigencia de su presidencia en la Generalitat". Esta frase debía ser determinante para los jueces de la Audiencia Nacional. Si a algo ha tenido estima Pujol, es a su legado político, lo de menos son sus problemas de movilidad y si va en tacataca.  

Los médicos, médicos de carne y hueso que visitaron personalmente a Pujol, determinaron que tiene un “trastorno neurocognitivo mayor mixto, de tipo alzhéimer”, pero los jueces se fían más de Pujol. El expresidente está a disposición del tribunal porque anhela una absolución, pero no sabe, por ejemplo, si está capacitado para identificar documentos. El diagnóstico en las comunidades digitales depende de las simpatías de partido. En Catalunya se ha acabado diferenciando la acción política del expresidente de su situación procesal personal, pero también hay quien hurga en la herida. La imagen de Pujol escuchando vía Zoom la acusación con todos sus hijos sentados en el banquillo de los acusados ​​es "histórica", señalan los periodistas de tribunales. Inmediatamente, aparecen las adhesiones de ambos lados. Y un post de Sociedad Civil Catalana que dicta sentencia antes que la Audiencia Nacional: "Dio lecciones de moral a derechista y siniestro y en el 2014 confesó tener una fortuna oculta en el extranjero. Repartía carnets de buen catalán mientras su prole operaba como una organización criminal".

La justicia deja de ser justicia si llega después de once años de instrucción judicial y con un nonagenario como mayor pieza de caza. El médico de Pujol, Jaume Padrós, replica en el tribunal a X: "Solo puedo manifestar mi desconcierto e indignación. Creo que la justicia no debe ser deshumanizadora". 

¿Qué habría dicho la IA sobre el estado de salud del expresidente? La consejera de Salud de la Generalitat, Olga Pané, desató las iras de los médicos catalanes la semana pasada para confiar más en la IA que en los facultativos que pasan seis años para obtener el grado y otros cuatro o cinco más de especialización. Según la consellera, la tecnología de inteligencia artificial detecta enfermedades con "una precisión igual o superior a la de los profesionales". ¿La IA mata al médico? ¿El tribunal que juzga a Pujol habría hecho caso al doctor ChatGPT?.   Puestos a utilizar nuevas herramientas, el sindicato Metges de Catalunya ha montado una respuesta que pretende viralizar su malestar: "La consejera debe rectificar de manera pública e inmediata o dejar el cargo". En un vídeo publicado en las redes sociales, los médicos ironizan con la idea de "innovar y encontrar una IA" que sustituya a la consellera. "¿Qué es más fácil de sustituir por una IA, los médicos o la consejera de Salud?". Y, aquí sí, usan la IA para que una consejera digital reconozca la labor de los médicos y se comprometa a avanzar hacia un convenio.

Las respuestas a X van más allá del ámbito sanitario y demuestran la desafección del ágora digital con la política: "Que pongan a la IA a hacer de asesores políticos. Nos ahorraríamos muchos sueldos de gente con carnet de partidos. Y en gestionar fundaciones, oenegés... Nos ahorraríamos chiringuitos".

La enfermedad es contagiosa. Tanto los jueces como el doctor ChatGPT ayudan a expandir el virus. Médicos de Catalunya, el sindicato mayoritario con 13.000 afiliados, ha convocado paros para los días 9 y 10 de diciembre y 14 y 15 de enero. La protesta busca “soluciones reales” en la sobrecarga asistencial, la falta de profesionales y el agotamiento acumulado. Quieren una sanidad “más humana”. ¿Y qué tal una justicia más humana?

Tanto la ley orgánica del Poder Judicial como el estatuto de la abogacía establecen que la toga es obligatoria en un juicio... aunque hay excepciones... como ayer en Madrid, donde la Audiencia Nacional juzga a la familia Pujol ya una decena de empresarios.  Solo uno de los letrados presentes en la sala de vistas llevaba esta prenda, y fue porque se la había llevado de casa. Resulta que quien guarda las togas en esta sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares, a las afueras de Madrid, no acudió ayer al recinto, al parecer por enfermedad, por lo que nadie tenía la llave. Esta sede judicial se utiliza esporádicamente, y no había alternativa. El presidente del tribunal, José Ricardo de Prada, de buen trato y menos formalista que otros magistrados, no puso mayor reparo a iniciarse sin las (preceptivas) capas. - Isabel García Pagan en la vanguardia.

 Pese a la opinión de dos médicos de que Pujol no está en condiciones de afrontar este juicio, el tribunal ha decidido continuar con este, pero ha dejado abierta la posibilidad de revisar su estado en el futuro. Esto significa que la nulidad no está descartada, pero tampoco asegurada. Los abogados de Pujol han solicitado la nulidad basándose en los informes médicos. La sala podría reconsiderarlo si su salud empeora o si se demuestra que no puede participar en las sesiones. De confirmarse que se le obligó a participar sin capacidad, la defensa podría alegar vulneración del derecho a un juicio justo, lo que abriría la puerta a la nulidad parcial o total. 

Quizá se trate de una argucia de la propia justicia para propiciar que el juicio a Jordi Pujol y Soley sea declarado nulo, ante la indefensión generada al enjuiciar a alguien que no está en condiciones ni físicas ni mentales, para afrontar un juicio de estas características. Ya han retrasado once años el mismo, esperando que el Presidente la palmara, pero en vista de que no se han salido con la suya, ahora tienen un problema difícil de resolver. Un problema más de caspa que de capa.