Primer día:
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Cuando hacía casi un cuarto de hora que estaban parados en el paso a nivel sin que pasase ningún tren ni las barreras por lo tanto se levantaran, los que estaban detenidos empezaron a ponerse nerviosos. En el primero de los automóviles, un Ford fiesta, el hombre abrió la puerta, bajó del coche y avanzó unos pasos, miró a derecha e izquierda de la vía a ver si venía el tren, pero las vías se juntaban a ambos lados hasta la línea del horizonte huérfanas de ruedas que las pisaran. La mujer del segundo coche un Mercedes clase A, hizo lo mismo mientras se acercaba al hombre.
- No viene el tren, se debe haber averiado para variar.
- Si, esposible, podríamos atravesar como si fuéramos una ambulancia de urgencias pero en el otro lado està la pareja de mossos d'esquadra y todavía son capaces de multar-nos.
Decidida, la mujer le dice al hombre: les iré a preguntar, esto puede ir para largo. Dicho y hecho cruza las vías y se dirige a uno de los mossos. - Buen día, podemos pasar? no viene ningún tren y esto se alarga, debe haber habido alguna avería en el tren o en el sistema de las barreras. Asèpticament como es preceptivo el mozo este le dice como respuesta:
- Lo siento, pero no pueden pasar, está prohibido y tendrían que saberlo, sólo es para emergencias.
- I no es una emergencia que a las cinco de la tarde llevamos ya casi media hora parados aquí.
- Dén la vuelta hasta que no se levanten las barreras se puede pasar.
- Dén la vuelta, dén la vuelta, tendremos que retroceder más de seis kilómetros, hacer diez de circunvalación que va atascada del todo a esta hora. ¿Venga hombre, déjenos pasar, será un momento, a ambos lados de vía se ve hasta lejos si viene algún tren, habrá tiempo de sobra de avisar.El mosso no se deja impresionar por sus palabras.
- Lo siento señora, no se puede pasar, está prohibido.
La mujer viendo no había nada a hacer vuelve hacia donde había dejado el hombre y el coche.
- Que? Pregunta éste
- Dice el mosso que no podemos pasar, que está prohibido.
- Sin embargo, le ha dicho que......
- Le he dicho todo lo que se le podía decir, pero no baja del burro, está prohibido y no se puede pasar. Dice que demos la vuelta.
- Sí hombre, y hacer 6 kilómetros de ......
- Eso también se lo he dicho.
- I que tenemos que hacer pues?
- Esperar diez minutos o un poco más y si no pasa ningún tren ni se levantan las barreras no tendremos más remedio que dar media vuelta como ha dicho el mosso.
- Ya! Pero da rabia, yo me espero, ahora ya es cuestión de amor propio, no puede tardar mucho en pasar el tren o levantarse las barreras.
Detrás suyo se habían ido acumulando coches de manera que tampoco podían dar la vuelta a menos que lo hicieran todos ellos. Los que iban llegando hasta no sabían de que iba, no podían informar a los posteriores y el atasco se iba complicando.
Un señor mayor se acercó acompañado de un chico.
- Saben que pasa? - dirigiéndose al hombre y la mujer
- Pues no, contestaron al mismo tiempo
- I los mossos - añadió ella - tampoco, pero dicen que no podemos pasar, que está prohibido, que si a caso demos la vuelta.
- Si hombre, y hacer 6 kilómetros.....
- Ya se lo he dicho, pero dicen que que no y que no.
En estas un enorme estrépito detras suyo les llamó la atención. Un trailer de 25 toneladas que debia venir distraido, se había engastado contra los últimos coches de la cola haciendo la tijera y cerrándoles el paso y por lo tanto cualquier posibilidad de salir de la carretera que acabava de trransformarse en un callejón sin salida. Afortunadamente como los ocupantes eran fuera de sus vehículos nadie se había hecho dañol, salvo el chófer del camión a quien le estaban diciendo de todo los indignados automovilistas a quien les había aplastado los cotxes.
Una mujer mayor que lo contemplaba todo desde el otro lado de la vía les llevó un par de botellas de agua, hacía calor y llevaban ya casi una hora parados bajo el sol veraniego. El conductor del trailer que había conseguido sobrevivir a las iras de los propietarios de los coches que había aplastado dirigió al hombre, la mujer y el hombre mayor. - Que cojones está pasando aquí? Preguntó con voz un poco embarullada y desprendiendo un fuerte olor a alcohol.
La mujer secamente le dijo: ¿Que usted ha provocado un accidente porqué sus condiciones no son las más adecuadas para conducir un monstruo tan grande y también que llevamos una hora esperando que pase el tren o levanten las barreras y ni una cosa ni la otra.
- I los mossos?. - Dicen que no se puede pasar, de que demos la vuelta, pero usted ha abortado esta posibilidad, ahora estamos atrapados en esta ratonera entre su camión y las barreras
- Voy a hablar con ellos dijo el conductor del trailer decidido.
- Vaya, pero perderá el tiempo.
El tiempo y la libertad pues en enfrentarse con los mossos e intentar agredirlos éstos lo redujeron, esposándolo hasta que una dotación le vino a recoger. Eso si, el trailer continuaba atravesado sin que nadie se acercara a retirarlo. La tarde iba cayendo y al atardecer el hombre le comentó a la mujer:
- Que hacemos?, nos marchamos y dejamos los coches aquí?
- Sería lo más razonable, le contestó ella, sin embargo, y si levantan las barreras?
- Es verdad,cabe esta posibilidad, pero no podemos pasar la noche al raso.
- I si hablábamos con los mossos, quizás nos dirán que hacer.
Però a los mossos no los podían ayudar, cuando acabase su turno, los sustituiría otra patrulla, quizás ellos les podrían dar la solución. Ellos no podían hacer nada, no estaban autoritzados.La pareja que sustituyó a los mossos no tenía ninguna solución para ofrecer, solo que no se podía atravesar el paso a nivel: está prohibido.
El hombre intentó hacerles comprender que llevaban ya más de seis horas parados allí y que estaban atrapados, que como mínimo se hicieran cargo en caso de que se levantaran las barreras de retirar sus coches aunque fuera con una grua, pero que no podían pasar la noche allí, al raso. ¿Nada a hacer, una pared, es más receptiva que un agente de la ley y el orden,
- Que hacemos? Preguntó a la mujer y al resto, señor mayor incluido.
- Ir a cenar y a dormir, a ver si mañana tenemos más suerte.

Segundo día:

A las ocho de la mañana del dia siguiente, la situación continuaba exactamente igual. Lo más preocupante era que nadie había venido a retirar el camión que tapaba su salida, y las barreras continuaban bajadas exactamente igual que el día anterior. Se habían acercado unos cuantos periodistas y familiares alertados por los usuarios de los automóviles. El señor mayor tuvo la idea de hacer turnos, mientras él iba a casa, su sobrina se quedó a ocupar su lugar por si levantaban las barreras.
El hombre le dijo a la mujer:
- ¿no has avisado a nadie?
- No hay nadie a avisar.
Y ¿ tú?
- Tampoco, soy viudo y vivo solo.
- Vaya! así que somos dos almas solitarias.
- Se ve que si.
Si quieres yo me cuidaré de tu coche y tu del mio.
- Ja,ja,ja. Ella se puso a reir.
- La verdad es que me da igual no haber llegado, no tenía ningún interés en ir a ninguna parte.
-Alguna cita- ¿quizás? - pregunta el hombre.
- Más o menos, ¿que importa?
- Es evidente que a ti no, pero ¡y a el?
¿El? ¿Ya te puedes imaginar para lo que me quería, lo conozco lo suficiente.
- ¿ tú? ¿Tenías prisa para llegar allí donde fueras?
- Pues tampoco, ni siquiera tenía nadie que me esperase.
- Vaya ¿Escúchame, porque no vamos a dar una vuelta y charlamos tranquilamente mientras pasemos.
- Y si pasa el tren o levantan las barreras?
- ¡Que se esperen!, ¿no lo estamos haciendo nosotros?.

Un año más tarde:

La pequeña comunidad de esperadores de barreras que no se levantaban estaba de fiesta, gozo y algazara, pués fruto de su unión sentimental, el hombre y la mujer habían tenido un niño. En este espacio de tiempo, habían pasado más cosas: el hombre mayor que entendía un poco de todo, se había hecho un huerto en el parque abandonado al lado de donde estaban y allí había plantado tomates, patatas y lo que correspondiera según el tiempo. El pan se lo hacían en el obrador de una Harinera abandonada no hacía mucho, y los vecinos e incluso alguna entidad financiera colaboraban también. La nieta del señor mayor se había quedado a vivir con él para que no estuviera solo y así vivían todos en paz y armonía.
Hoy era un día muy especial a parte del nacimiento del niño, un periodista les había avisado de que posiblemente de aquí a una semana pasaría el tren y levantarían las barreras, que sabía la noticia de muy buena fuente. De hecho no es que la noticia los alegrase demasiado, ya se habían acostumbrado a vivir allí, pero si pasaba el tren y levantaban las barreras no tendría más remedio que irse cada uno a su casa....

Un año y una semana más tarde.

Sobre las once de la mañana, un zumbido que se acercaba les llamó la atención, venía del paso a nivel, concretamente del lado derecho, se acercaron todos poco a poco y, entonces sucedió: majestuoso, impecable y puntual con veintidós años de retraso, pasó el AVE y las barreras se levantaron unos instantes después de que lo hiciera el tren más rápido y al mismo tiempo más lento en toda la historia del mundo mundial.
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 este cuento está dedicado a los usuarios de cercanias de RENFE.