La percepción en Catalunya, es que vamos a la deriva, y no precisamente porque nos miremos como estúpidos el ombligo, al menos por esta cosa tan catalana de ir mareando la perdiz discutiendo el sexo de los ángeles mientras los problemas reales quedan abandonados de soluciones e ideas imaginativas para solucionarlos. La cosa es más grave. Mal acostumbrados durante veintitrés años al gran patriarca que conducía el rebaño de manera decidida relativamente hacia adelante, hemos caído en una manifiesta indolencia propiciada por el fracaso del conductor con su política de "peix al cove" y coge lo que puedas, y porque después de él sólo ha habido un yermo intelectual y político incapaz, no ya de enderezar el rumbo, sinó que ni tan siquiera han sabido encontrar el timón.
En esta competición de vuelo gallináceo todos han hecho suficientes méritos para ser el ganador de la decepcionante carrera, y ninguno uno, ha sido capaz de tener una cierta idea real y en positivo de futuro de país. Su futuro es mantener-se en el taburete aunque una pata cojee y la visión de los problemas y posibles soluciones no llega más allá del indio que mira el sol y en lugar de celebrarse sombra haciendo la visera pone la mano en vertical y entonces no ve nada.
Hemos perdido el tren del futuro en innovación, investigación, desarrollo e inversiones, y bastante mal lo deben ver que incluso el sector empresarial (preocupado por la falta de estructuras y soluciones que afectan gravemente, no ya a sus negocios sino a futuras inversiones de otros, deben empezar a levantar la voz pidiendo que dejen de discutir sobre si son urraca o perdices y se pongan a trabajar por el futuro del país como han hecho mucho mejor y de manera sensata y sin ir más lejos los vascos, todo y el grave problema que tienen.
En este balneario decadente que es Europa, mal mandado por una barbaridad de burócratas incompetentes, es vital anticiparse imaginativamente a muchos problemas que nos vienen encima, pues en un plazo no muy largo prácticamente no habrá ya industrias en la zona Euro, salvo las más tecnológicas e innovadoras, y aquí, mientras esto se veía iba viniendo, nos hemos entretenido a apilar ladrillos y reunir turistas borrachos como planes de futuro para el país.
Ahora se nos han acabado los ladrillos y los borrachos vienen menos aunque el paisaje ya nos quedará dañado para siempre. Suerte que más empresarios los que parece, si que han hecho los deberes y la única afectación de la crisis en sus empresas es la negativa bancaria a dejarles en muchos de los casos un dinero en forma de crédito que necesitan para expandirse, y esta grupo de usureros, negados ante saber administrar bien su propio negocio, desconfiando unos de otros la hora de dejar de dinero, poco ayudan a este desarrollo. No es que nos miremos el ombligo como estúpidos, es que a la vista del panorama se nos está quedado a todos cara de estúpidos y se debe reflejar en el ombligo. Quizá por eso vamos a la Costa Brava o la Cerdanya los fines de semana, por lo que nos queda merece la pena aprovechar esto antes no se vaya todo a tomar por el saco.
En "la sirena varada" de Alejandro Casona, un personaje que en la televisión interpretaba Paco Morán, va siempre con un trapo en los ojos para huir de la realidad y escondiéndose bajo esta falsa ceguera justificar su falta de valor para afrontar la dura realidad. Y no puedes simular una falta que no existe, tarde o temprano tienes que abrir los ojos y enfrentarte a la realidad por dura y compleja que sea, pues de no ser así, si continúas haciéndote el ciego, lo que te puede pasar es que acabes dándote un buen batacazo.
_
En esta competición de vuelo gallináceo todos han hecho suficientes méritos para ser el ganador de la decepcionante carrera, y ninguno uno, ha sido capaz de tener una cierta idea real y en positivo de futuro de país. Su futuro es mantener-se en el taburete aunque una pata cojee y la visión de los problemas y posibles soluciones no llega más allá del indio que mira el sol y en lugar de celebrarse sombra haciendo la visera pone la mano en vertical y entonces no ve nada.
Hemos perdido el tren del futuro en innovación, investigación, desarrollo e inversiones, y bastante mal lo deben ver que incluso el sector empresarial (preocupado por la falta de estructuras y soluciones que afectan gravemente, no ya a sus negocios sino a futuras inversiones de otros, deben empezar a levantar la voz pidiendo que dejen de discutir sobre si son urraca o perdices y se pongan a trabajar por el futuro del país como han hecho mucho mejor y de manera sensata y sin ir más lejos los vascos, todo y el grave problema que tienen.
En este balneario decadente que es Europa, mal mandado por una barbaridad de burócratas incompetentes, es vital anticiparse imaginativamente a muchos problemas que nos vienen encima, pues en un plazo no muy largo prácticamente no habrá ya industrias en la zona Euro, salvo las más tecnológicas e innovadoras, y aquí, mientras esto se veía iba viniendo, nos hemos entretenido a apilar ladrillos y reunir turistas borrachos como planes de futuro para el país.
Ahora se nos han acabado los ladrillos y los borrachos vienen menos aunque el paisaje ya nos quedará dañado para siempre. Suerte que más empresarios los que parece, si que han hecho los deberes y la única afectación de la crisis en sus empresas es la negativa bancaria a dejarles en muchos de los casos un dinero en forma de crédito que necesitan para expandirse, y esta grupo de usureros, negados ante saber administrar bien su propio negocio, desconfiando unos de otros la hora de dejar de dinero, poco ayudan a este desarrollo. No es que nos miremos el ombligo como estúpidos, es que a la vista del panorama se nos está quedado a todos cara de estúpidos y se debe reflejar en el ombligo. Quizá por eso vamos a la Costa Brava o la Cerdanya los fines de semana, por lo que nos queda merece la pena aprovechar esto antes no se vaya todo a tomar por el saco.
En "la sirena varada" de Alejandro Casona, un personaje que en la televisión interpretaba Paco Morán, va siempre con un trapo en los ojos para huir de la realidad y escondiéndose bajo esta falsa ceguera justificar su falta de valor para afrontar la dura realidad. Y no puedes simular una falta que no existe, tarde o temprano tienes que abrir los ojos y enfrentarte a la realidad por dura y compleja que sea, pues de no ser así, si continúas haciéndote el ciego, lo que te puede pasar es que acabes dándote un buen batacazo.
_
0 Comentarios:
Publicar un comentario