
niños extrayendo coltan en el Congo. --
- África ya solo puede ser salvada por algún dios. Quiere esta afirmación decir que lo tienen muy mal, que no hay quien les salve. Guerras eternas, sida, hambre, sed, miseria, nada nuevo y que no sepamos, esta imagen es la que irradia casi toda África, y nosotros los occidentales lo sabemos, pero nos limitamos a exclamar desde la comodidad del abrigo de casa, pobrecitos, y apuntarnos a razón de 30 € mensuales a dos o tres oenegés, soltar alguna lagrimita de conmiseración y dar la culpa a los gobiernos occidentales y a sus propios gobernantes que no olvidemos los han puesto los nuestros.
Olvidamos que el continente africano durante más de cien años ha sido saqueado por estos gobiernos y en gran parte gracias a este expolio nosotros hemos disfrutado de un crecimiento y un razonable estado de bienestar. Hipócritamente miramos hacia otro lado y eso si, nos manifestamos para detener la guerra en Irak, o a favor de Palestina o alguna otra causa puntual, pero no recuerdo ninguna manifestación potente para exigir a nuestros gobiernos que hagan algo para erradicar el hambre, la sida y todos los males que azotan África, empezando por el gran daño que está haciendo la iglesia oficial católica.
Diamantes, gas, petróleo, o el caso del coltan en el Congo, hacen que a estos gobiernos ya les esté bien la actual situación. Y en el supuesto de que lograran emprender acciones positivas, lo que no podemos en ningún modo es intentar imponerle a ellos nuestro sistema de vida como sociedad, sería otro error más a añadir a la larga lista, lo saben bien los de las oenegés que trabajan abnegadamente allí.
Cuando decía la iglesia oficial católica lo decía porque en África no sólo hay oenegés, también hay monjas y sacerdotes que abnegadamente llevan a cabo una labor encomiable al margen de las instrucciones de Roma sobre la manera de tratar a los africanos con la prevención de enfermedades y su obsesión por condenar el uso del preservativo - por ejemplo - para prevenir el sida o al menos paliar sus efectos, hasta el punto de que quizá alguien debería denunciar a algún tribunal internacional por apología del integrismo aniquiladora de criaturas inocentes.
La Hermana Teresa Rexach, mi tía ha estado más de cuarenta años en África, acudió jovencita de misionera (no recuerdo nunca a qué orden pertenece) pero sólo llegar a Ruanda se dio cuenta de que allí necesitaban de ella una ayuda mucho más importante que la espiritual. Volvió a Madrid, aprendió de comadrona y se marchó otra vez a Ruanda que es donde estuvo casi treinta años, allí, en este tiempo ayudó a traer a este mundo miles de niños. Allí donde estaban se construyeron gracias a ayudas desinteresadas un hospital y una escuela. La historia es más larga y pasar por Costa de Marfil y Benin para acabar ya jubilada actualmente en Barcelona, pero no hay que explicar estas historias, hay muchas de iguales o similares de personas que desinteresadamente palian, ayudan pero no pueden solucionar los problemas endémicos del pueblo africano.
Olvidamos que el continente africano durante más de cien años ha sido saqueado por estos gobiernos y en gran parte gracias a este expolio nosotros hemos disfrutado de un crecimiento y un razonable estado de bienestar. Hipócritamente miramos hacia otro lado y eso si, nos manifestamos para detener la guerra en Irak, o a favor de Palestina o alguna otra causa puntual, pero no recuerdo ninguna manifestación potente para exigir a nuestros gobiernos que hagan algo para erradicar el hambre, la sida y todos los males que azotan África, empezando por el gran daño que está haciendo la iglesia oficial católica.
Diamantes, gas, petróleo, o el caso del coltan en el Congo, hacen que a estos gobiernos ya les esté bien la actual situación. Y en el supuesto de que lograran emprender acciones positivas, lo que no podemos en ningún modo es intentar imponerle a ellos nuestro sistema de vida como sociedad, sería otro error más a añadir a la larga lista, lo saben bien los de las oenegés que trabajan abnegadamente allí.
Cuando decía la iglesia oficial católica lo decía porque en África no sólo hay oenegés, también hay monjas y sacerdotes que abnegadamente llevan a cabo una labor encomiable al margen de las instrucciones de Roma sobre la manera de tratar a los africanos con la prevención de enfermedades y su obsesión por condenar el uso del preservativo - por ejemplo - para prevenir el sida o al menos paliar sus efectos, hasta el punto de que quizá alguien debería denunciar a algún tribunal internacional por apología del integrismo aniquiladora de criaturas inocentes.
La Hermana Teresa Rexach, mi tía ha estado más de cuarenta años en África, acudió jovencita de misionera (no recuerdo nunca a qué orden pertenece) pero sólo llegar a Ruanda se dio cuenta de que allí necesitaban de ella una ayuda mucho más importante que la espiritual. Volvió a Madrid, aprendió de comadrona y se marchó otra vez a Ruanda que es donde estuvo casi treinta años, allí, en este tiempo ayudó a traer a este mundo miles de niños. Allí donde estaban se construyeron gracias a ayudas desinteresadas un hospital y una escuela. La historia es más larga y pasar por Costa de Marfil y Benin para acabar ya jubilada actualmente en Barcelona, pero no hay que explicar estas historias, hay muchas de iguales o similares de personas que desinteresadamente palian, ayudan pero no pueden solucionar los problemas endémicos del pueblo africano.
Y podría hablar de aranceles a productos agrícolas, del coltan como he enlazado más arriba y de muchas otras causas. Lo cierto es que quienes deberían hacerlo por intereses propios no se mueven y la situación enquistada des de hace años no tiene trazas de solucionarse.
Las revueltas de los últimos dias en el norte son otra història, pués dentro de todo esta es la parte de Àfrica que està un poco mejor, quizás por eso se han producido estas revueltas, los de más abajo no estàn para revueltas, su objetivo primordial es el sobrevivir diario aunque sea muy a precario y no tienen tiempo ni ganas de revoluciones. Quizás porqué saben que después de un dictad9or, viene otro, otro y otro y no hay solución para ellos.
África se muere y nosotros no podemos hacer nada, impasibles escondemos la cabeza bajo el ala cual avestruz cobarde, y sólo nos limitamos a decir: pobrecitos, pobrecitos cada vez que en el TN sale alguna desgracia endémica de la que de vez en cuando hablan, normalmente, en un breve de dos o tres minutos, después vienen los deportes y el tiempo y ya nos hemos olvidado, hasta la siguiente lagrimita...
Las revueltas de los últimos dias en el norte son otra història, pués dentro de todo esta es la parte de Àfrica que està un poco mejor, quizás por eso se han producido estas revueltas, los de más abajo no estàn para revueltas, su objetivo primordial es el sobrevivir diario aunque sea muy a precario y no tienen tiempo ni ganas de revoluciones. Quizás porqué saben que después de un dictad9or, viene otro, otro y otro y no hay solución para ellos.
África se muere y nosotros no podemos hacer nada, impasibles escondemos la cabeza bajo el ala cual avestruz cobarde, y sólo nos limitamos a decir: pobrecitos, pobrecitos cada vez que en el TN sale alguna desgracia endémica de la que de vez en cuando hablan, normalmente, en un breve de dos o tres minutos, después vienen los deportes y el tiempo y ya nos hemos olvidado, hasta la siguiente lagrimita...
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