ONCE UPON A TIME. . .o ONCE UPON A TIMO

Once upon a time, no quiere decir que te acuerdes de comprar el cupón de cada día. Los ilustrados e incluso yo sabemos que quiere decir: érase una vez, que es como empiezan la mayoría de cuentos los de habla inglesa, sólo que éste es de terror.
Podremos explicar dentro de unos años que todo empezó cuando Sanidad, afectada por el recorte presupuestario recortó con las botellitas de agua de 0.33 cl. y la lavandería los servicios a los enfermos. Esto fue sólo el comienzo (en el ínterin se habían congelado las pensiones de los jubilados y funcionarios, que viene a ser casi lo mismo hasta nueva orden) y el copago sanitario se cernía ya en el horizonte del paciente paciente que suficiente paciencia tiene, y que los dioses se la conserven. Digo que se cernía el copago dado se acercan elecciones y no era prudente alarmar más de la cuenta al personal, pero la idea ya la llevaban en la cabeza los que mandaban y los que lo pensaban hacer, que son los que ya avisan de que si no tienen mayoría absoluta, del Concierto Económico, Nasti de plasti.
Podremos explicar cómo las operaciones sencillas se las terminó haciendo la gente en su casa (con un completo manual de instrucciones, es cierto) pues no había presupuesto, y como prosperó el mercado negro del bocadillo y colada de segunda mano en los hospitales. Explicaremos también que Sanidad descubrió (ya era hora) que en muchos casos, no era necesario hacer inútiles radiografías o análisis de la nada, y como se volvieron a reavivar de viejo nuevo las hierbas medicinales. Las estrellas: la infusión de semilla de poleo y la sopa de tomillo, seguidos de los vahos que se recuperaron de nuevo.
Explicaremos que Sanidad descubrió que no era necesario enyesar un brazo o una pierna, que en reposo absoluto lo que se ha roto se pone de nuevo en sus sitio (más o menos) y los ciegos verán la luz, de lo que les subirá el recibo de la cosa eléctrica.
Vienen pues unos tiempos en que podremos contar maravillas a los que hemos precedido, esto, siempre y cuando no hayamos prendido fuego a todo. Por menos de lo que está pasando actualmente se hizo la revolución francesa. es a donde lleva el feudalismo caciquil, que provoca estas reacciones en el pueblo cabreado, y no sé porque, pero Puigcercós me recuerda mucho a Robespierre. Sufriremos!

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