El cómic Tintín en el Congo se enfrenta desde el pasado viernes en un juicio por racismo ante un tribunal belga, un proceso impulsado por un ciudadano congoleño que reclama la prohibición de la obra o la introducción de un mensaje de advertencia sobre su contenido. Bienvenu Mbutu Mondondo, considera que el cómic "hace apología de la colonización" y constituye "un insulto para los negros", por lo que solicita a la justicia belga que lo retire de la circulación y "le prohíba en todo espacio público" , según dijo antes de comparecer ante el tribunal.
El contenido de Tintín en el Congo ya ha sido objeto de polémica en Estados Unidos, Francia, Suecia y el Reino Unido - donde por decisión judicial incluye un mensaje explicativo sobre su contexto histórico -. Pero ahora se trata del país natal de su autor, Hergé (1907-1983), donde el célebre reportero es un icono nacional.
Hay quien insinúa que detrás de esta demanda podría haber Spielberg para promocionar su película sobre TINTÍN, no lo creo, demasiado retorcido e innecesario. Más bien esta demanda fuera de lugar y tiempo del Sr.Bienvenu Mbutu Mondondo, que tiene un nombre y apellidos que parecen sacados de aquella canción 'que pasa en el congo' que si supiera de ella también la demandaria, viene de un afán de conseguir notoriedad o simplemente tocar los bemoles a ver si le aflojan pasta para que calle. Los negros que dibujó Hergé hacia el año 1923, sin haber estado en África, representan la visión que se tenía en Europa de los Africanos en aquella época y acusar al cómic de racismo y desprecio a los negros es una estupidez que sólo un idiota podría no entender. Y como suele pasar que la historia la escriben los idiotas, bienvenido sea el Sr.Bienvenu Mbutu Mondondo y su demanda. Si empezamos a revisar pelis de indios y americanos y vamos tirando del hilo de grandes novelas de la literatura se nos giraría mucho trabajo.
El Sr.Bienvenu Mbutu Mondondo me recuerda al Dr. Alphonse Arcelin que emprendió aquella cruzada contra el negro de Banyoles que al final el enviaron a África, bueno, enviaron unos restos y una calavera que vete a saber de quién eran pero el pobre pigmeo seguro que no, como ya expliqué en su día. Alphonse Arcelin lo denunció con la boca pequeña porque en el fondo el negro le importaba un bledo, y su objetivo ya lo había logrado. A ellos dos dedico esta hermosa canción.
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