Que la situación económica está inquietando a mucha gente es una realidad de la que la semana pasada en Vic hubo una prueba más: la asistencia multitudinaria a la conferencia del catedrático Santiago Niño Becerra, dentro del ciclo anual del Foro de Debates . En los días previos, la entidad organizadora ya detectaba mucha expectación, pero no esperaba que fuera tanta la afluencia, hasta el punto que no sólo se llenó el auditorio y el pasillo, sino también la sala de exposiciones, las escaleras y muchas personas quedaron en el exterior, mientras otros cuando veían la situación ya marchaban.
Niño Becerra ha pasado de ser tildado de profeta de un apocalipsis inexistente y de vedette exhibicionista a ser un economista que adelantó unas predicciones que ahora se le debe reconocer que -por desgracia de muchos- se van cumpliendo. En la conferencia de la semana pasada en Vic no hizo ninguna revelación especial que no haya ido desgranando en sus intervenciones en tertulias de radio o en su blog de Internet. Tampoco fue especialmente catastrofista, ya que sigue creyendo que la crisis se superará y que el capitalismo continuará, pero en base a unos modelos distintos: no ve posible que se impugne la propiedad privada de los medios de producción ni la seguridad jurídica de los negocios .
No era el único que avisaba sin ser escuchado lo que nos venía encima, Marc Vidal hace ya más de cinco años que se expresaba en su blog en unos términos muy similares. Y claro, el ser humano que es miedoso por naturaleza y ante el profundo cambio que se está produciendo en la sociedad, desconcertado como se siente, busca desesperadamente ya que su Dios no puede hacer nada, el gurú que los guíe, que les indique el camino para salir del callejón sin salida, y aquí no hay gurú que valga ni recetas mágicas, lo que hay es un enorme y estupefacto desconcierto de todos, de los mandados y los que mandan, ante un nuevo mundo que ha de sustituir al viejo, y para el que no valen las viejas recetas ni las hojas de ruta antiguas. El renacimiento tardó casi 300 años en completarse, pero ahora todo va mucho más rápido. Sólo hay que entender que todo tiene que cambiar, que todo en conjunto debe funcionar de otra manera, que los esquemas antiguos ya no valen, si es que alguien sabe que y como debe hacerse. Yo no, no tengo ni idea y estoy igual de desconcertado que la mayoría, pero alguien tiene que saber que hay que hacer para salir de este atolladero .... espero.
Niño Becerra ha pasado de ser tildado de profeta de un apocalipsis inexistente y de vedette exhibicionista a ser un economista que adelantó unas predicciones que ahora se le debe reconocer que -por desgracia de muchos- se van cumpliendo. En la conferencia de la semana pasada en Vic no hizo ninguna revelación especial que no haya ido desgranando en sus intervenciones en tertulias de radio o en su blog de Internet. Tampoco fue especialmente catastrofista, ya que sigue creyendo que la crisis se superará y que el capitalismo continuará, pero en base a unos modelos distintos: no ve posible que se impugne la propiedad privada de los medios de producción ni la seguridad jurídica de los negocios .
No era el único que avisaba sin ser escuchado lo que nos venía encima, Marc Vidal hace ya más de cinco años que se expresaba en su blog en unos términos muy similares. Y claro, el ser humano que es miedoso por naturaleza y ante el profundo cambio que se está produciendo en la sociedad, desconcertado como se siente, busca desesperadamente ya que su Dios no puede hacer nada, el gurú que los guíe, que les indique el camino para salir del callejón sin salida, y aquí no hay gurú que valga ni recetas mágicas, lo que hay es un enorme y estupefacto desconcierto de todos, de los mandados y los que mandan, ante un nuevo mundo que ha de sustituir al viejo, y para el que no valen las viejas recetas ni las hojas de ruta antiguas. El renacimiento tardó casi 300 años en completarse, pero ahora todo va mucho más rápido. Sólo hay que entender que todo tiene que cambiar, que todo en conjunto debe funcionar de otra manera, que los esquemas antiguos ya no valen, si es que alguien sabe que y como debe hacerse. Yo no, no tengo ni idea y estoy igual de desconcertado que la mayoría, pero alguien tiene que saber que hay que hacer para salir de este atolladero .... espero.
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