Hice el Servicio Militar en Palma de Mallorca en el año 68, el campamento en el CIR 14 y luego me destinaron a las bóvedas (ahora ocupadas por un lago) bajo la Catedral de Palma. El destino lo tenía en la ''Subinspección Militar de Baleare'. El trabajo en las oficinas militares era poco y aburrido, de hecho, la única tarea que había en el departamento era confeccionar las listas del soldados que iban y volvían de permiso, y aumentaba cuando había cambio de reemplazo. Ahora bien, para hacer esta ingente tarea había un Comandante, un Teniente, un capitán, un sargento primero, un sargento, el "cabo primero" y servidor que era "cabo" a secas. En licenciarse el cabo primero me tocó serlo a mí, a pesar de no saber contestar en el examen que debía pasar, el nombre del descubridor de América o el nombre de las tres Carabelas con las que fue por allí el buen hombre. O sea que me hicieron cabo primero porque tocaba, y a partir de ahí ya no hacía nada. Bueno, me pasaba las mañanas en la Gestoría del 'capitan habilitado' haciendo 'seguros sociales' para las empresas que él llevaba.
Los militares que había en esa oficina eran todos 'chusqueros' y ascendían de grado, a medida que se morían o retiraban los que tenían delante de la lista. Cada mes, entre ginebra y ginebra y alguna faría o caliqueño, les llegaban las listas de posibles ascensos y miraban ávidos si ya había traspasado alguno de los que tenían por delante, hasta el punto que sabían de su estado físico y hacían apuestas a ver cuando traspasaría tal o cual de ellos. De mérito pues, a la hora del ascenso, sólo el de vivir y esperar que fueran pasando a mejor vida o se retiraran los que tenían delante.
He pensando en esta historia de la puta mili, relacionándola con Mariano Rajoy, que espera a ascender a Presidente del Govierno a que se retiren o traspasen aunque sea políticamente sus rivales del PSOE. Poco mérito pues atessora quien llegará el 20N a Presidente del Gobierno, más por deméritos de los otros que no por méritos propios.
Los militares que había en esa oficina eran todos 'chusqueros' y ascendían de grado, a medida que se morían o retiraban los que tenían delante de la lista. Cada mes, entre ginebra y ginebra y alguna faría o caliqueño, les llegaban las listas de posibles ascensos y miraban ávidos si ya había traspasado alguno de los que tenían por delante, hasta el punto que sabían de su estado físico y hacían apuestas a ver cuando traspasaría tal o cual de ellos. De mérito pues, a la hora del ascenso, sólo el de vivir y esperar que fueran pasando a mejor vida o se retiraran los que tenían delante.
He pensando en esta historia de la puta mili, relacionándola con Mariano Rajoy, que espera a ascender a Presidente del Govierno a que se retiren o traspasen aunque sea políticamente sus rivales del PSOE. Poco mérito pues atessora quien llegará el 20N a Presidente del Gobierno, más por deméritos de los otros que no por méritos propios.
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