Una revolución es una opinión apoyada con bayonetas, decía Napoleón, y no dejaba de tener razón. Una revolución siempre lleva consigo sangre y muertos, incluso la de Gandhi costó muchos muertos. Y aquí no hemos hecho todavía la revolución, ni la haremos, lleguemos a la cifra de parados que lleguemos, y a pesar de que todo el dinero y más va a parar al saco roto de los Bankias. Todavía no lo hemos perdido todo y vanamente creemos que pronto se acabará la crisis y se volverán a generar puestos de trabajo y volverá a aflorar la riqueza.
No volverán más aquellos tiempos, si no hay industria no puede haber crecimiento y por lo tanto crearse puestos de trabajo. Si consideramos que la mayoría de los productos que consumimos y cada vez más no se producen aquí, que se siguen deslocalizando empresas y no se crean nuevas, no hay salida, dado la crisis no es sistémica como nos decían. Será endémica y sin posibilidad de mejora, al contrario, empeorará, pero aún así no haremos la revolución, todavía no lo hemos perdido todo y mientras tengamos algo que perder no la haremos. No me refiero a la dignidad como obreros y ciudadanos, ésta se ha perdido hace tiempo y es ya irrecuperable. Y ellos lo saben, ya cuentan con ello.
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