Las personas que como yo, somos escépticos y con un criterio dudoso, estamos en cierto modo condenados a considerar que está bien todo lo que hacen lo demás y a comprender que siempre haya quien encuentre mal lo que hacemos nosotros, en un extraño complejo de inferioridad o de enaltecimiento del otro con menosprecio propio. De hecho, tener un criterio dudoso, que quiere decir poco criterio, o ningún criterio, actualmente se define y queda muy bien, como eclecticismo.

Seguramente esto que acabo describir o algo similar lo ha escrito antes otro, otro escéptico que ahora no consigo recordar, pero que seguro que iba por ahí, de la misma manera que yo creía que la idea de que el hombre había creado dios a su imagen y semejanza era mía, y la escribió Nietzsche. Y es que ya no hay nada nuevo que decir, salvo lo que hemos olvidado o escondido en un oscuro rincón  de la memoria.