"Jugar a la lotería es como una oración: cómo hacer una oración. Uno pide unos beneficios a la ignota divinidad que puede concederlos. Y eso hacemos. En lugar de rezar, compramos un décimo, una participación más módica. Es una manera como cualquier otra de reclamar la atención de la Providencia. Si la lotería nos es favorable, alabado sea Dios, y si no, paciencia ". (27-XII-54) - JOAN FUSTER.
Al comprar esta tarde un cupón de la Once que por cierto hoy celebra su 75 aniversario, este ha salido volando y ha ido a parar en medio de la Carretera de Prats de Lluçanes, al decir en medio quiero decir esto, encima la raya discontinua en medio de la carretera. Tres coches, llamados también automóviles, una moto de gran cilindrada y un autobús de la TUS han pasado rozándolo pero ninguno de ellos lo ha tocado, y lo he podido coger y guardar bien guardado en la cartera. Dice el del once que esto trae buena suerte. Mañana os lo diré. La cuestión es que he recordado este aforismo de Joan Fuster.
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