A veces no hay que actuar, todo acaba cayendo por su propio peso. Lo digo porque se ve que Sonseñor Rouco Varela, se jubila, o le jubilan, vaya. La jubilación de tan siniestro personaje llega unos veinte años tarde. Nadie ha representado tan mal a la iglesia, el mensaje de Cristo, como Rouco Varela, indigno entre los indignos. Esta lacra, este error, ha mal mandado la iglesia española de los últimos años, en detrimento de la misma y sufrimiento de sus fieles. Ni siquiera es necesario desearle larga vida una vez jubilado. Sinceramente, ha hecho tanto daño a la Iglesia y al país, que cuando antes se vaya mejor, al cielo no, por supuesto. Si es que toda esta mentira es cierta, Rouco Varela irá directamente al infierno de los impíos, pero como no lo es, simplemente, su cuerpo se pudrirá paulatinamente hasta que no quede nada o casi nada; nada o casi nada, es lo que ha sido Rouco Varela, como la Iglesia católica, un ente pernicioso y maléfico, la gran vergüenza eterna de la humanidad.