No entiendo como aún le han dado el premi Nòbel de economia a la isla Tortuga, una de las islas Vírgenes del imperio Británico. A finales de los años 70 las autoridades de esta industriosa y trabajadora isla crearon un marco legal para que se transformara en uno de los principales paraísos fiscales del planeta. Actualmente hay cerca de 700.000 compañías inscritas en las BVI, de las cuales 400.000 están activas. Cada una paga un mínimo de 350 dólares al año. La inscripción es un sello que autoriza a la empresa a realizar operaciones financieras en la isla. Con esta estructura, servicios financieros y turismo son los principales ingresos de este país que no supera los 30.000 habitantes. Que tomen nota y ejemplo los del Govern de la Generalitat tras el 9-N. A salir del euro y a ver como se levanta de la nada todo un país próspero y ecológicamente sostenible.
Hallazgos orgánicos en Encélado
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En esta imagen, que ya nos resulta un tanto antigua (publicada el 23 de
febrero de 2010), se observan columnas dramáticas, tanto grandes como
pequeñas, ...

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