LA RUBIA TONTA DE LA PELÍCULA


Al tener a mi padre ingresado en urgencias, me ahorré ayer de ver la bajada por la rampa de la Infanta desmemoriada para declarar (o no) ante el juez Castro, un juez que supongo seguirá el mismo camino del defenestrado Garzón o el secuestrado Ruz. Aquí, ante la indiferencia del personal civil, los del Pp se van cargando a los jueces que les molestan o no se adaptan a sus exigencias, de modo que en el caso de la infanta se da la anomalía de que el principal defensor es la Fiscalía que ha aprendido bien la lección. La infanta - que dicen - que todo lo que le dijo al Juez es que todo lo hacía su marido, que ella confiaba en él y no sabía nada de sus tejemanejes, ¡vaya! que ella era la rubia tonta de la película, la novia guapa y idiota (o falsamente idiota) del gángster, y que de hecho en su declaración indirectamente le pasa el marrón a su marido. 

En la ya famosa rampa de Palma que vendría a ser una pasarela de moda para imputados, había una pancarta que rezaba "De los Borbones estamos hasta los cojones", que en catalán también puede rimar "Dels Borbons n'estem fins als collons". Los Borbones están en su annus horribilis, y es que los anacronismos también tienen annus horribilis, si es que todos ellos en sí no lo són. La historia de la relación de los Borbones con España, continuó en 1978, cuando aún el ruido de sables era presente. Fue entonces cuando votamos la primera constitución española. Dentro del mismo paquete medio a escondidas había la cuestión del rey, o dicho de otra manera, se tenía que votar por narices la monarquía para aprobar la constitución, tal y c0omo habia dejado ordenado Franco; era una condición "sine quanum", todo iba en el mismo paquete, o todo o nada. Y claro se aprobó el retorno de una institución caduca y lesiva, al menos para los intereses de Cataluña. Esta monarquía que todavía sigue rigiéndonos y que por cierto cada vez son más, vive desde entonces a costa del erario público o sea, de nosotros los contribuyentes, sin dar oficio, beneficio ni golpe. Y además aún presuntamente, uno de sus miembros está bien entrampado en una trama de corrupción. Y el Rey con gafas de sol talla XXL para que no se vea el trompazo que se pegó a saber en qué estado. Cabe recordar que el apellido originario de la estirpe era Bourbon, que los españoles castellanizaron a Borbón. Me parece ridículo a las alturas del siglo que estamos, seguir manteniendo esta institución con un grupo de parásitos inútiles, suficientes hemos ya mantener. Se debería plantear seriamente prescindir de su continuidad, y puesto que parece quieren erradicar la ley sálica, para que la niña pueda ser reina, y esto comportará que votar más tarde o más temprano para aprobarlo, posiblemente éste sería el momento de decidir que no queremos reyes en la España del siglo XXI. Trescientos años después de la batalla de Almansa, y casi los mismos de 1714, quizás ya sería hora de reconducir la historia y sacarnos de encima esta rémora inútil y onerosa para nuestros intereses que son los Borbones.

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