Cena a partir de las 10 de la noche. Echarse una siesta. Un prime time en la televisión que se alarga hasta bien entrada la madrugada. "Esto no es inusual", señala el reportaje que ayer publicaba el New York Times sobre el debate de cambio horario en España .

Los horarios de este país son realmente fuera de lugar . Se va a dormir tarde, nos levantamos temprano, comemos a destiempo, estamos muchas horas en el trabajo y pesar de ello producimos poco.

Pero de lo que quiero hablar es de la siesta :

La siesta correcta y más generalizada consiste en descansar algunos minutos (entre veinte y treinta, en general) después de comer, y aprovechar un ligero sueño con el propósito de reunir energías para el resto de la jornada. Otra cosa sería la siesta preconizada por Camilo José Cela, de pijama y orinal de un par de horas que hace te levantes menudo con dolor de cabeza y medio enturbiado .

La siesta no es patrimonio de España, se practica también en Latinoamérica, China, Taiwán, Filipinas, India, Grecia, Oriente Medio y África del Norte, según he encontrar recabando información, aunque en la línea del tópico es considerada básicamente Española . En muchas empresas de EE.UU. recomiendan a sus ejecutivos la siesta como medida terapéutica y reparadora para quitarse el estrés del trabajo y recuperar así fuerzas y lucidez de cara al resto de la jornada, e incluso les facilitan espacios donde practicarla.

De hecho, si es cierto que por el tipo de alimentación copiosa de la comida de los españoles a diferencia de horarios e ingesta del resto de países europeos, parece más lógico que se practique aquí que comemos en general a salto de mata y no precisamente de manera frugal. Se supone que seguimos la famosa y desconocida dieta mediterránea que se ve a alguien practica en casa, pero en la práctica, desayunamos poco, comemos mucho y tarde y cenamos demasiado, antes de ir a dormir.

En casa somos antiguos, o europeos, depende de cómo se mire: comemos a las doce y media, merendamos a las seis ( pan con chocolate ) y cenamos ( un poco tarde ) a las ocho, y a las 11 a dormir (salvo si juega el Barça), que esto de los horarios del fútbol sí que es un auténtico desorden.

Yo soy de los partidarios de suprimir la comida del almuerzo y dividir el día en dos comidas, un buen desayuno de cuchara y tenedor sobre las diez de la mañana y una buena cena sobre las ocho de la tarde. La comida del mediodia, además de una pérdida de tiempo productivo, provoca una ñoña después que casi obliga a hacer la siesta, sobre todo en verano con el calor.