El puente Golden Gate de San Francisco, un icono por su privilegiada ubicación y belleza, también es el punto más negro de EEUU en número de suicidios, algo a lo que las autoridades locales tratan de poner fin con una inmensa red de acero para evitarlo. Sólo el año pasado, 46 personas perdieron la vida al lanzarse desde el famoso puente rojo que une la ciudad de San Francisco con el vecino condado de Marin, una cifra que se dispara hasta más de 1.600 muertos si se tiene en cuenta todos los que se han suicidado desde que el Golden Gate fue inaugurado en 1937. 

Foxconn, contratista de Apple, Sony, Nokia y Ericson
La solución de las autoridades de Frisco es la más fácil, como en China, en las ciudades fábricas donde entre otros enseres fabrican el Ipad, la gente también se suicida: ponemos una red y ya está, problema solucionado. Y no es así, lo que debería preocuparnos, de motivar, es porque se han suicidado 1.600 personas en estos casi 80 años en San Francisco, o por qué se suicidan tantos trabajadores en China; pero esto cuesta tiempo y dinero, mucho trabajo y no aporta votos de los ciudadanos. En Frisco y en la China, en el fondo los ciudadanos les importan un bledo.
Además, ¿como se puede prohibir a la gente abandonar el paisaje volando? tiene un punto de desesperado romanticismo que se debería respetar. Más no lo quieren, los muertos no producen - en el caso de China - y no votan ni pagan impuestos en San Francisco, y unos y otros no son más que carne de paso, tanto para el Ayuntamiento de San Francisco como para los responsables de la compañía china Foxconn.