HIGIENE DEMOCRÁTICA


El ministro Morenés estuvo ayer en el Parlamento a la altura de lo que es, un lacayo, mezquino y miserable al servicio de un Gobierno mezquino y miserable, y todo para justificar la actitud de un militar inútil acosador de una oficial, como inútil es el ejercito, que es un ente oneroso que no tiene ninguna función útil ni dentro ni fuera del país, aunque lo quieran disfrazar de ayuda humanitaria, y otras mentiras que no se creen ni ellos.
Un ejército veja, mata, saquea, es machista entre los machistas, y tiene una serie de oxímorons, como música y militar, honor y militar, paz y militar, o inteligencia y militar.
Un ejercido es una máquina de matar en la reserva, pero con la mentalidad y la voluntad última de matar, con unos mandos más que justitos y difíciles de controlar, que no son de fiar, ¡vaya!. Lo mejor que se podría hacer es disolverlo, un ejército a día de hoy, no sirve para nada, las guerras se hacen de otra manera; de hecho, un ejército sólo sirve para que unos cuantos tipos flojos de mollera jueguen a los sodaditos, pagando nosotros, eso sí. Pocos y preparados es otra historia, no hay que ser inocente, pero toda esta estructura mastodóntica inútil, se debe eliminar.
Solo suprimiendo el ejercito y todo lo que sean ayudas a la iglesia Católica, a quien también se le deberían confiscar todos sus bienes y expropiar su dinero de aquí y fuera de aquí, habríamos avanzado mucho como sociedad democrática. Olvídese el prohibido prohibir, hay cosas que se deben prohibir o eradicar si o si, y lo antes posible, aunque sea por pura higiene democrática.

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