Dicen que los caminos del señor son inescrutables, el señor de los cristianos, obviamente, porque los caminos y las decisiones del señor de los infieles para nosotros, e infieles nosotros para ellos, son esperpénticas y surrealistas. Véase sino, el gran muftí de Arabia Saudí, Abdulaziz al Asheikh, que viene a ser por los cristianos como el Gran Pitufo versión buenavista, ha dictaminado prohibir el ajedrez por considerar que este juego es "una pérdida de tiempo y dinero y un motivo de odio y enemistad entre los jugadores", lo que contradice las leyes islámicas, informa 'The Guardian'.
La autoridad religiosa argumentó su decisión haciendo referencia al versículo del Corán que prohíbe "intoxicaciones, juegos de azar, la idolatría y la adivinación". El rotativo británico señala que una prohibición completa del ajedrez es improbable, pero es posible que reciba el estatus de 'vicio menor' como la música. 
Maravilloso, cada día me sorprendo más de la versatilidad interpretativa del Corán, o quizás no se yo interpretar el que tengo en casa, pero que se puede esperar de alguien que califica a la música de vicio menor, alguien que es capaz de blasfemar así de la música no me merece ningún respeto, es más, es alguien que no ha entendido nada de la vida en general ni en particular, y es por tanto un idiota, un pobre idiota. Y es que sólo nos puede salvar de la estulticia y el caos, la poesía y la música. Fuera de la música y la poesía, todo, incluso la soledad y el aburrimiento, es mentira. Son justamente ambos conceptos, pero mejorados. No hay pues ninguna otra esperanza, y eso que ni siquiera sé si hay que aferrarse o recurrir a Bach, Mozart, Beethoven o a Pat Metheny.