VOLVER A LESBOS


Siguen en su despacho. Los que deben tomar una decisión y no lo hacen. Nos dijeron que estaban conmovidos con la imagen de Aylan. Pero han pasado cuatro meses y ni un solo gesto. Ni quiera después de que hayamos tenido noticia de un nuevo naufragio con 40 muertos, 17 de ellos niños. Como Aylan. Y frente a eso muchos nos quedamos estupefactos cuando supimos que seis bomberos españoles habían sido detenidos en Grecia por hacer lo que otros no hacen.

Hablo con Manolo, uno de esos héroes. Me cuenta que la noche en la que todo ocurrió su barco no salía porque tenían que repararlo y revisar el seguro. Estaban los seis a pie de orilla sacando a la gente de los botes. Les llamaron unos compañeros de una oenegé danesa porque había un barco hundiéndose. «Fuimos hacia allá y allí fue donde aparecieron los guardacostas griegos. Nuestra lancha fue rodeada por tres barcos y nos pidieron que volviéramos a puerto». Por la mañana les dijeron que estaban acusados de tráfico de personas y posesión de armas (las navajas que llevan siempre encima para los rescates). Comenzó entonces una larga espera: el calabozo de la autoridad portuaria, que te traten como a un delincuente y te hagan posar como tal para la ficha policial, que te lleven esposado ante un juez. «Mi hijo de 4 años vio esa imagen en televisión», cuenta Manolo con coraje.

Cuando le pregunto por qué decidieron ir a Lesbos me habla de Aylan. Dice que él y otros dos amigos llevaban tiempo pensando qué podían hacer para echar una mano. Y cuando vieron aquel bebé varado en la orilla se pusieron manos a la obra. «Hicimos una asociación para ir más organizados y preparados. Pedimos una barca prestada y en uno de nuestros coches, que aún sigue en Grecia, enganchamos la barca y nos fuimos. Salimos el 3 de diciembre y tardamos 58 horas. De un tirón. Sin parar, solo para repostar». Fueron a la autoridad portuaria para informar de que tenían la documentación y la preparación necesaria para trabajar en rescates. «De hecho, los mismos que nos detuvieron nos pedían ayuda de vez en cuando».

Manolo lleva más de 20 años como bombero. «He visto muchas cosas, pero esto me ha desbordado como ser humano. Yo he visto ese mar, a esos niños, en mitad de la noche», dice. Por eso cuando les liberaron del calabozo se pusieron los trajes de neopreno y entraron de nuevo en el agua antes de volver a España.

Volver a Lesbos

Le pregunto si va a volver a Lesbos: «Claro. La primera vez que mi mujer habló conmigo tras la detención se puso a llorar. Pero no por lo nuestro. Lloraba porque mientras estuve en el calabozo murieron tres niños y ella cree que quizá podríamos haber hecho algo». Estos seis héroes han salvado en 45 días a 15.000 personas en Lesbos, según sus cuentas. Estos son los datos. Y tuyas las conclusiones.


'rescates'
ana pastor
periodista
elperiodico.com

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