LA PROPAGANDA


En enero de 2015, a raíz del asesinato de los dibujantes de “Charlie-Hebdo”, Joachim Roncin, un administrador de Reporteros Sin Fronteras, lanza el eslogan «Je suis Charlie» (Yo soy Charlie), que fue retomado de inmediato como medio de disolver la individualidad de cada cual en la multitud anónima. Esta consigna ha sido modificada después, cada vez que ocurre algún tipo de atentado, como en el «Je suis Bruxelles» difundido después de los atentados que enlutaron Bruselas en marzo de 2016. Las personas que rechazan ese tipo de eslogan se ven acusadas de «conspiracionismo» con los terroristas.

LA PROPAGANDA 

La propaganda es tan vieja como las sociedades humanas. Pero se ha desarrollado considerablemente con los medios masivos de difusión y hoy responde a reglas precisas. Thierry Meyssan aborda la historia y principios de esta ciencia de la mentira.

La propaganda es una técnica militar diferente de la estratagema. El objetivo de la estratagema, cuyo arquetipo antiguo es el célebre caballo de Troya, es engañar al enemigo. Con la propaganda lo que se busca es engañar a su propio bando, generalmente para obtener apoyo. Por supuesto, esta técnica militar ha tenido numerosas aplicaciones civiles, tanto en el ámbito comercial como en materia de política.

En una primera etapa, los regímenes monárquicos y oligárquicos se limitaban tratar de dar muestras de poderío, sobre todo mediante la organización de ceremoniales o recurriendo a toda una arquitectura pública. Los regímenes democráticos, desde el momento mismo de su aparición, suscitaron la propaganda. La democracia ateniense valorizó el sofisma, o sea una escuela de pensamiento que trataba de presentar como lógica cualquier aseveración.

En el siglo XVI, los Medicis, una familia de comerciantes, buscaron la manera de rescribir su propia historia, inventándose un origen menos corriente. Para ello recurrieron al «mecenazgo artístico», utilizaron a los mejores artistas del país para dar cuerpo a la mentira a través de sus obras de arte.


Posteriormente, mientras las guerras de religión se generalizaban en toda Europa, el papa Gregorio XV creó un ministerio («dicastere») para defender la fe católica ante el avance del protestantismo: la Sagrada Congregación para la Propagación de la Fe («Congregatio de Propaganda Fide»). De ahí proviene la palabra «propaganda».


Las técnicas de la propaganda militar moderna
- Thierry Meyssan - via arrezafe




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