Un año después de la foto de Aylan en la playa, otra foto de un niño sirio, Omran es portada de informativos de televisión y periódicos en todo el mundo. Otra vez quieren enseñarnos con esta imagen que simboliza el dolor del pueblo sirio el horror de este conflicto que nadie es capaz de detener, o quizás no haya excesivo interés. De todos modos. esta foto, como la de Aylan estará ahí hasta que la olvidemos.

Sólo hay algo que hay que descartar. La imagen del niño Omran no está en todos los sitios porque sea difícil encontrar imágenes de la guerra siria o de la batalla de Alepo. Sí, es difícil, como también lo es verificar su origen. Pero hay disponibles muchas de esas fotografías como la de portada, con una calle y sus edificios destrozados, -algunas insoportables-, que aparecen todos los días, y algunas de ellas podrían ser utilizadas si se decidiera que es una prioridad contar lo que están sufriendo los civiles sirios.
Muchos de esos medios que han llevado a Omran a sus portadas continúan haciendo un seguimiento constante de la guerra siria. Otros sólo cuando una imagen les conmueve. Lo que sí es ridículo es despertar y reaccionar con la hipérbole ante una fotografía como la del niño de Alepo. No es “la imagen más cruel” de la guerra, como se escribió en una portada del viernes. A fin de cuentas, Omran sobrevivió con heridas leves, mientras que un hermano suyo murió ayer y no todos los medios han publicado la noticia. “No es un caso excepcional”. Seguir de cerca las imágenes que salen de Alepo obliga a ser testigo de una sucesión de cadáveres de niños y otros que salen de los escombros de sus casas con heridas horribles que les marcarán para siempre, explican en el diario.es.

Hablamos de niños y adultos que viven en ambos lados de la ciudad, porque los insurgentes disparan con morteros y piezas de artillería sobre la población del otro sector para responder a los bombardeos de la Fuerza Aérea siria o rusa con el mismo desprecio por la vida de los civiles. Pero son los que viven en el sector controlado por los insurgentes los que pagan el precio más alto por la superioridad aérea de las fuerzas del Gobierno.

Alepo es el máximo botín de la guerra. Ambos bandos creen que si la pierden, no podrán ganar. El Gobierno prefirió destruir gran parte de ella antes que permitir que sus enemigos la controlaran. Los insurgentes supieron que no podían ganar allí, pero se atrincheraron en una empresa imposible que convertía a los habitantes de esa zona en los rehenes de un esfuerzo inútil. Tanto para las fuerzas combatientes en Siria como para los gobiernos extranjeros que les apoyan, la prioridad ha sido siempre la victoria, no el fin de la guerra.

Nuestra hipocresía que nos lleva a pixelar la cara de nuestros menores hasta los 17 años, no nos impide fotografiar impunemente a Omran o Aylan y publicar sus fotografías. Quién sabe lo que pensará dentro de unos años Omran si sobrevive a esta guerra. No debería sorprendernos si nos hace responsables a todos de su desdicha.