Cuando se habla de si habrá cambios en Cuba con motivo de la muerte del 'Comandante', se habla sin conocer la idisioncràcia de la isla ni la del Gobierno dictatorial de los Castro. En el año 2009 con Fidel ya retirado también se hablaba de cambios, pero el país sigue igual siete años más tarde, con Fidel o sin él. Un país con 3 monedas: dólares, pesos convertibles y pesos a secas que son los del pueblo, dólares para los del aparato, pesos convertibles por los relacionados con el turismo y afines con los que se pueden comprar cosas, y los pesos con los que apenas se puede comprar nada.
En el escrito que viene a continuación hace siete años, ya se vislumbraba que los cambios eran puramente estéticos que no éticos, y así ha sido y seguirá igual, al menos hasta el 2018.

8 de marzo de 2009 - Visto desde la distancia parece hemos asistido a un golpe de estado desde el propio poder en Cuba, con el cese del ministro de Exteriores, Felipe Pérez Roque, y el de Economía, José Luis Rodríguez, así como ha sido relevado de su cargo el vicepresidente Carlos Lage, que será sustituido por el general José Amado Ricardo Guerra como jefe de Gabinete. Raúl Castro ha ganado de momento la partida a los delfines de su hermano Fidel. Se espera de Raúl Castro una progresiva laxitud represiva así como una lenta pero sólida apertura hacia una definitiva democratización de la isla. No hay otra solución para salir del agobio económico, y el cambio en la Presidencia de los Estados Unidos parece indicar que la respuesta sería favorable por parte de su principal enemigo. 
Pero también hay que tener en cuenta en caso de producirse este acercamiento, la reacción de Chavez y el resto de Gobiernos sudamericanos. Al fin y al cabo Chavez es quien está realmente echando una mano y más a la precaria economía de la isla cubana, sólo hay que dar un paseo por el malecón para ver los barcos de carga rebosantes de todo que llegan al puerto de la Habana, así como los petroleros. Complicado lo tiene Raúl Castro que tendrá que hacer muchos equilibrios para conseguir una salida digna al desastre que han sido estos cincuenta años de socialismo o muerte, que han acabado siendo una patética parodia de sí mismos. No hay otra salida, democracia, libertad, Estados Unidos, o muerte.... de hambre, de inanición o de aburrimiento, y este esfuerzo, al sufrido pueblo cubano se le debe y lo merece.