Hablaban en la tertulia de Rac1 de este sábado de milagros, con relación a la victoria del Barça 6-1 sobre el París Saint Germain. Se cuestionaba el moderador si realmente existían los milagros y decía un antropólogo que sí, ya que estaban hablando de ellos. Peregrino argumento, pués a menudo hablamos de muchas cosas que no existen como el azar, el destino o la suerte, cuando simplemente sucede que las cosas pasan de una manera determinada. Con los milagros pasa lo mismo, un milagro es desde el entorno de los cristianos un hecho imposible que pasa, pero si este hecho sucede es que no es imposible y por lo tanto ya no es un milagro. La definición es: Un milagro es una situación, un fenómeno o una acción que no puede explicarse a partir de los principios naturales y que, por tanto, es imputado a la participación de una entidad divina. Y si tenemos en cuenta la ausencia de entidades divinas, no hay milagros, simplemente pasan cosas que en teoría no podrían pasar y cuando pasan las llamamos milagros, de hecho, desde que hay un poco de uso de razón y conocimiento ya no hay milagros ni en la iglesia Católica, salvo los que manipulan para conveniencia propia para hacer Santo a algún Papa traspaso que más bien es un execrable.
El 6-1 del Barça no fue un milagro, y tampoco era imposible la remontada, pues si hubiera sido imposible, no lo habrían conseguido, era difícil, complicado, casi imposible, pero no imposible y por lo tanto no fue ningún milagro. Decía el Papa en una reciente entrevista  al Die Zeit que a veces dudaba de la existencia de Dios. No hace falta que dude Francisco, Dios no existe, no está ni se le espera. Afortunadamente.