Bien mirado, el hecho de hacer una promesa, como subir a Montserrat si gana el Barça, aunque se cumpla, no deja de ser una especie de extorsión a Dios, de chantaje, es decir, si haces que gane el Barça haré no se qué, una especie de intercambio de favores, y lo mismo pasa cuando la gente reza pidiendo algo (ora et labora) es pedir un favor, una concesión como la del 3%, pero más noble y sutil, aunque no menos interesada.
Cuando era pequeño e iba a catecismo para hacer la primera comunión, mi abuela Pilar siempre me decía que cada día tenía que hacer por lo menos una buena obra, en el sentido de ayudar a una persona mayor, portarme bien y cosas por el estilo. Decia que si lo hacía me ganaría una estampita que después de rezarle tres veces una oración a la Madre de dios, me permtiría salvar un alma del purgatorio. Me jactaba entonces de haber salvado muchas almas (inocente de mí) y a fe de Dios los que la tengan debe ser cierto. Y esta historia que puede sonar a cursi o a páginas vividas tiene un trasfondo que va más allá, la abuela Pilar a su manera (era mucho misa) me enseñó a ayudar a los demás, a ser respetuoso, a decir buenos días o buenas noches a todos, a comer como es debido y comportarme en la mesa y a portarme bien en general, aspectos que a día de hoy no sólo no se enseñan en los niños, sino que incluso parece que está mal visto insinuarlo. Y no es que servidor sea religioso ni creyente, bastante lo sabéis los que a menudo pasáis por aquí. Dejémoslo en que soy agnóstico, gracias a Dios.