Hace unos años, The New York Times publicó un reportaje de Hiroko Tabuchi sobre una costumbre laboral japonesa que comentaba Monzó que no conocía. Resulta que en aquel país está mal visto despedir a un trabajador. La ley dicta que se puede hacer sin ningún problema, pero una norma no escrita determina que hacerlo es de mal gusto. La tradición dicta que es muy triste que una empresa eche a un trabajador. Y estamos hablando de grandes nombres como Sony, Hitachi, Toshiba, Seiko, Panasonic... Lo bueno y mejor de cada casa. En Occidente no habría ningún problema. Si se tiene que despedir a un trabajador, se le despide, y cuanto más rápido mejor. Para el empresario no hay problema ninguno y todo son beneficios para él.

¿Qué hacen entonces las empresas japonesas? Pues envían al empleado a una sala que llaman “la sala del aburrimiento”. Allí le dan una silla y un es­critorio y lo ponen delante de un or­denador. Le encargan trabajos fútiles y absurdos, que lo único que hacen es humillarlo. Incluso, a veces no le ­asignan ninguna tarea, de manera que se pasa el día leyendo diarios, observando la pantalla del ordenador o ­mordiéndose las uñas. Para acabar de complementarlo, a la sala del aburrimiento la llaman también “habitación de diseño de carreras”. Cinismo en ­estado puro. Quizás el primer día hace gracia pasarte el día tocándote la pera en vez de trabajar de verdad, pero a medida que avanzan las semanas, los meses y los años la cosa se convierte en insoportable. Es lo que buscan: que ­poco a poco se desanimen y se depriman. Cuando los confinados en esas salas deciden que no lo pueden so­portar más, son ellos los que toman la iniciativa:

Pero si se van de forma voluntaria pierden parte de los beneficios que cobrarían si los hubieran despedido normalmente. Es una estrategia que no sólo se practica en Japón, tambièn aquí menudea, a lo largo de mi vida laboral presencié un par de casos del empleado sentado en una silla las 8 horas laborales, sin hacer nada, áunque no se ahora si eso es posible,.
De todos modos eso sólo es aplicable al mundo laboral, puesto que si se trata de política, aqui a la gente se la asciende en vez de mandarla a la sala del aburrimiento, a mayor incompetencia, más asciende el personal,  a no ser que sea algun Juez o Fiscal que investigue lo que no debe, a estos directamente se les inhabilita.