En uno de los episodios de la serie televisiva 'Enredo', Katherine Helmon, la mujer del protagonista Richard Mulligan, aquel que cuando había un problema hacía ver que se volvía invisible, mata a un tipo en la ducha de su casa, de un golpe de martillo, de un golpe de ladrillo y de algo más. La ve más de un vecino a través de la ventana del cuarto de baño, y sin embargo ella lo niega una y otra vez. Hablo de memoria, pero como lo que quiero hablar es de desmemoria ya me entendéis. Aquí se ha perdido del todo la decencia y no dimite nadie, nadie sabe nada y todo el mundo lo niega todo, por lo tanto nadie tiene la dignidad de asumir responsabilidades, como Richard Mulligan, aquel que cuando había un problema hacía ver que se volvía invisible. Más de uno quisiera hacerlo hoy, sobre todo Cristina Cifuentes, y el abogado del catedrático Enrique Álvarez Conde que si no se ha lanzado desde un sexto piso, justo le habrá ido. A todo esto la señora Cifuentes que ya es un zombie político, sigue erre que erre insistiendo en que no dimite, pero no sufra, cínica entras los cínicos, ya la harán dimitir, M.Rajoy tras abrazarla con el abrazo del oso, aún no la ha abandonado, quizás porqué le conviene más tenerla tocada de muerte (política) que no dimitida; alea jacta est. Y todo por un master de la meseta, que no del universo.