Siempre he pensado que nuestra especie no se merece un final digno como tal, nada grandilocuente como luchar contra alienígenas que nos quieren destruir, o contra fenómenos naturales como tsunamis, grandes terremotos o apocalipsis por el estilo que cada dos por tres nos anuncian el fin del mundo. ¡No! nuestro fin como especie debe ser miserable, ridículo y a poder ser patético, un ínfimo virus, algún error humano tonto.
El fin perfecto de la humanidad habría sido el que preveían (y no se produjo) los científicos Walter Wagner y Luis Sancho estadounidense el primero y español el segundo, que decían que la puesta en marcha del 'Gran Colisionador de Hadrones' en CERN (Suiza) en recrear un micro big bang tenía un 75% de posibilidades de generar un agujero negro que se tragaria la tierra entera. El aparato este, es una especie de tuneladora de estas del metro de Barcelona, pero a lo bestia, muy a lo bestia.
Yo no entiendo de todas estas cosas y supongo que este par de científicos lo decían de buena fe, pues si hubiera sucedido sólo serviría para decir a última hora, ¡ya lo decíamos!, pero al no ser así se diría que quedaron ligeramente desacreditados por una buena temporada. Y es que el acelerador hace de hadrones ya tiempo que funciona y de momento no ha pasado nada.
De hecho sería el final perfecto y lo merecería una especie tan miserable y nociva como la nuestra, unos especímenes que quieren jugar a ser dios, que se creen los amos del universo y en un acto de suprema inconsciencia consiguen que se los trague para siempre su propia obra, a ellos y al resto del planeta. Sería como una especie de No creación o de un big bang al revés, un digno final para unos indignos.
Si me dejaran elegir, este sería el final que elegido por los homínidos, desaparecer sin dejar el más mínimo rastro, como si nunca hubiéramos existido, no quedaría absolutamente nada de nuestro mal paso por aquí abajo, sólo las ondas esparcidas por el espacio que hemos ido tirando durante años y toda la basura que rodea la tierra, que en el supuesto de que alguien las captase no les llevarían a ninguna parte. Sólo pediría como ultimo deseo, escuchar las Walkirias de Wagner en el momento final de la desaparición total, lástima que no lo pudiera filmar Francis Ford Coppola.
El e-coli o un microbio así también estaría bien, cuando más pequeño mejor, pero el problema es que esto dejaría rastro y la gracia del agujero negro es que no dejaría ninguna, y como diría Saramago: el Universo no sabría nunca que Homero escribió 'Ilíada' y que Homero trabajaba en una Central en Springfield.
El fin perfecto de la humanidad habría sido el que preveían (y no se produjo) los científicos Walter Wagner y Luis Sancho estadounidense el primero y español el segundo, que decían que la puesta en marcha del 'Gran Colisionador de Hadrones' en CERN (Suiza) en recrear un micro big bang tenía un 75% de posibilidades de generar un agujero negro que se tragaria la tierra entera. El aparato este, es una especie de tuneladora de estas del metro de Barcelona, pero a lo bestia, muy a lo bestia.
Yo no entiendo de todas estas cosas y supongo que este par de científicos lo decían de buena fe, pues si hubiera sucedido sólo serviría para decir a última hora, ¡ya lo decíamos!, pero al no ser así se diría que quedaron ligeramente desacreditados por una buena temporada. Y es que el acelerador hace de hadrones ya tiempo que funciona y de momento no ha pasado nada.
De hecho sería el final perfecto y lo merecería una especie tan miserable y nociva como la nuestra, unos especímenes que quieren jugar a ser dios, que se creen los amos del universo y en un acto de suprema inconsciencia consiguen que se los trague para siempre su propia obra, a ellos y al resto del planeta. Sería como una especie de No creación o de un big bang al revés, un digno final para unos indignos.
Si me dejaran elegir, este sería el final que elegido por los homínidos, desaparecer sin dejar el más mínimo rastro, como si nunca hubiéramos existido, no quedaría absolutamente nada de nuestro mal paso por aquí abajo, sólo las ondas esparcidas por el espacio que hemos ido tirando durante años y toda la basura que rodea la tierra, que en el supuesto de que alguien las captase no les llevarían a ninguna parte. Sólo pediría como ultimo deseo, escuchar las Walkirias de Wagner en el momento final de la desaparición total, lástima que no lo pudiera filmar Francis Ford Coppola.
El e-coli o un microbio así también estaría bien, cuando más pequeño mejor, pero el problema es que esto dejaría rastro y la gracia del agujero negro es que no dejaría ninguna, y como diría Saramago: el Universo no sabría nunca que Homero escribió 'Ilíada' y que Homero trabajaba en una Central en Springfield.
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