Aeham Ahmad sacaba su piano a la calle para responder así al horror que acecha a Siria desde hace siete años. Lo arrastraba con un carrito para instalarse entre los escombros de las calles destruidas en Yarmouk, un campo de refugiados cera de Damasco, en el que vivían más de 500.000 refugiados y refugiadas palestinos. Ahora, más de la mitad se ha convertido en desplazados dentro de Siria y se estima que el 95% necesita asistencia humanitaria continuada para sobrevivir.
120.000 han tenido que huir a países vecinos como Líbano, Jordania, Turquía o Egipto. Algunos incluso han huido hasta la Franja de Gaza, a pesar de las dificultades que padece la población allí. Así, los enfrentamientos les han convertido doblemente en refugiados.
Otros muchos, cada vez más, han optado por marcharse a Europa, como es el caso de este músico palestino, que ya era refugiado en Siria y que vuelve a serlo en Alemania, a donde huyó después de encontrar su piano envuelto en llamas cuando, en 2015, el autodenominado Estado Islámico penetró en el campo ocupando más del 60% del territorio.
Con nostalgia tararea una melodía que tocaba para los niños en Yarmouk, que se encargaban de hacer los coros. "Yo les decía, ‘tocad el piano, no importa si se estropea’ y así se sumaron muchos pequeños”, dice emocionado.
De los primeros años del conflicto, Ahmad recuerda que “las bombas trajeron el drama a Yarmouk. Hubo gente que murió por el asedio impuesto por el ejército del Gobierno, y no teníamos agua, ni electricidad ni comida y la gente murió".
De aquella etapa tan crítica en la que los feroces enfrentamientos y el bloqueo de entrada de bienes comerciales y humanitarios produjo graves hambrunas quedan testimonios como el de Aeham.
Pero hay una imagen, de la que se desconoce su autoría, que quedó clavada en las retinas de la gente y dio la vuelta al mundo, por convertirse en una de las más representativas de la población refugiada. Fue tomada el 31 de enero de 2014, cuando el personal de UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, pudo acceder de nuevo al campo para distribuir bienes básicos y se topó con una gran multitud que caminaba entre las ruinas para conseguir alimentos. Sin duda, esta fotografía capta la desesperación, pero, al mismo tiempo, refleja la supervivencia.
Dos sentimientos que permanecen entre los civiles que, en la actualidad, viven en Yarmouk y siguen sin acceso a alimentos adecuados, agua potable o una vivienda digna. Muchos de los refugiados palestinos que vivían en Siria huyeron a los países vecinos de Líbano o Jordania, donde no es fácil comenzar una vida. La mayoría de los desplazados carecen de estatus legal, lo que les impide acceder a los procedimientos de registro civil, a los de empleo o a los servicios sociales básicos. Esta marginación los hace totalmente dependientes de las comunidades de acogida y de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), que les proporciona ayuda humanitaria y servicios básicos, como educación y sanidad.
Previo al conflicto sirio, Líbano ya era un país de acogida para la población refugiada palestina, que representa un 10% del total, aunque carecen de derechos civiles. Aproximadamente 513.795 personas están registradas con UNRWA en Líbano, y la mitad de ellos vive en los 12 campamentos distribuidos por el país, afectados por graves problemas, como la pobreza, el hacinamiento, el desempleo, las malas condiciones de vivienda y la falta de infraestructura.
De las cinco áreas de operación de UNRWA, Líbano es la que tiene el mayor porcentaje de refugiados de Palestina que viven en la pobreza extrema. La mayoría depende de la Agencia como único proveedor de educación, salud, servicios sociales y ayuda de emergencia, que distribuye ayuda en efectivo para alimentos y productos de invierno a 32.300 refugiados palestinos desplazados de Siria, servicios educativos a 36.775 niños y niñas, y casi 200.000 consultas médicas.
Jordania cuenta con 2 millones de refugiados palestinos, lo que le convierte en el país que más población de Palestina acoge de todas las áreas de operaciones de UNRWA. En los 10 campamentos de refugiados palestinos reconocidos en todo el país, viven más de 390.000 personas, que representan el 18% del total. Además, la mayoría aunque no todos, gozan de plena ciudadanía. - eldiario.es