«Ser gobernado» ¡Oh, humanidad!, ¡humanidad! ¿Y es posible que durante sesenta siglos hayas vivido en tanta abyección? Te llamas santa y sagrada y no eres más que la constante y gratuita prostituta de tus lacayos, de tus curas y de tus soldados. ¡Tú lo conoces, y sin embargo, lo sufres! Estar gobernado equivale a estar con guardias de vista, a vivir inspeccionada, espiada, dirigida, legislada, reglamentada, hollada, adoctrinada, sermoneada, violentada, estimada, apreciada, censurada y mandada por hombres que para ello carecen de títulos, de ciencia y de virtudes... Estar gobernado equivale a estar registrada, tarifada, timbrada, medida, cotizada, licenciada, privilegiada, enmendada, amonestada, violada, impedida, reformada, dirigida y corregida en cada operación, en cada transacción, en cada movimiento que emprendas. Bajo el pretexto de utilidad pública y en nombre del interés general se imponen contribuciones, se hace la ejecución de los bienes del individuo, se le exige rescate y se le explota, monopoliza, concusiona, precipita, mistifica y roba; después, a la menor resistencia, a la primera queja, se le reprime, se le multa, se le vilipendia, se le veja, se le pega, se le sacude, se le intima, se le desarma, se le agarrota, se le encarcela, se le fusila, se le ametralla, se le juzga, se le condena, se le deporta, se le sacrifica, se le vende, se le hace traición, y, para colmo de esto, no falta quien luego se le burle en sus barbas, le ultraje y le deshonre. He ahí el gobierno, he ahí la justicia, he ahí la moral. Y sin embargo, entre nosotros existen demócratas que pretenden que el gobierno tiene algo bueno; existen socialistas que en nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, sostienen esta ignominia; existen, en fin, proletarios que aceptan candidaturas a la presidencia de la República. ¡Hipócritas!
Pierre Joseph Proudhon (francés, 1809-1865) Hijo de pobre, obrero tipógrafo, anarquista obsesionado con la justicia y respetuoso con el individuo. Propone suprimir el estado y el modo de producción capitalista invitando a formas alternativas de organización social la asociación, el contrato, la federación, la cooperativa de libres productores. Encarcelado por sus ideas. Idea general de la revolución en el siglo XIX (1851), epílogo, vertida al castellano por D. José Comas, Biblioteca de ambos mundos, editor Juan Pons,
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