"Sabré que me he hecho vieja, vieja de verdad -no unas cuantas arrugas, la conciencia cada vez más afilada del paso del tiempo o una creciente dificultad para encontrar las llaves de casa- cuando ya no tenga ganas de leer. Entonces sabré que todo ha terminado, que todo está perdido.
Siempre pasa. Nadie lee hasta el final. Supongo que llega un día que ya no queremos más historias, quizá porque presentimos que la nuestra está acabando, o porque nos hemos vuelto egoístas al volvernos más frágiles, o probablemente también por falta de fuerzas, porque ya no vemos bien , porque leer requiere un esfuerzo que a nuestro cuerpo ya no le da la gana de concedernos. "- Milena Busquets.
Esta reflexión de la escritora, me ha tocado de lleno, debo ser pues viejo, dado hace ya tiempo que he perdido las ganas de leer, concretamente novela, aunque por lo que he leído de otros es bastante normal a cierta edad, quizá porque ya he leído suficiente, o porque no hay nada que despierte mi interés. No pretendo pontificar en el sentido de que ya está todo escrito, que no hay nada nuevo y lo que se me ofrece me produce una sensación de 'deja vu'. No es cierto, ni justo manifestarlo, pero lo que si queda claro es que he perdido el interés por leer...
...continúa Milena Busquets en su artículo: Mi abuela, una lectora extraordinaria, dejó de leer cuando le diagnosticaron parkinson. Mi madre, que era una de esas personas de otra época que antes de cumplir los 20 años ya lo habían leído todo, continuó leyendo (PD James y novelas policíacas, pero también autores que yo leía deslumbrada y que ella redescubría. Yo, joven, estúpida y petulante, nunca seguía sus recomendaciones culturales, pero ella las mías las seguía siempre y encima me las agradecía) hasta un par de años antes de morir. Continuó viendo cine y series con pasión, pero dejó de leer. Quizá tiene que ver con el hecho de haber sido editora durante toda su vida; la mayoría de los editores sólo terminan leyendo lo que publican, no tienen tiempo para más...
... aquí vuelvo a ser disfuncional, pués poco miro la televisión, salvo partidos de fútbol o tenis que tengo en cierto modo como compañía y más que verlos los escucho, pero de esa manera en que puedes escuchar un CD de funky de Cool&the Gang, oir sin escuchar. De cine veo alguna película de vez en cuando, pero prefiero poner de serie B, de ciencia ficción o catástrofes que no requieren nada de atención ni fijación y que en cierto modo sirven como música de fondo sin necesidad de implicarse en su visionado.
Miquel Cartisano me regaló 'el día del Wattusi', que tenía muchas ganas de leerla, y no he podido, leí el prólogo y seis o siete páginas de la novela, y aqui lo dejé, es que no puedo seguir, así de sencillo. De hecho, dejé de leer novela al terminar de leer 2.666 de Bolaño, y de eso ya hace tiempo. No se si es cosa de viejo o de mayor, pero si sé que no soy lo único, a otros les he oído decir lo mismo que me pasa a mí, y vete a saber, a lo mejor este estado es reversible y cualquier día vuelvo a leer de nuevo, de hecho, a mi padre le pasó algo similar y a partir de los 80 volvió a leer bastante hasta que ya no veía bien, y aún así, recuerdo que leía con una lupa hasta que ya lo dejó del todo.
Puede que, por edad o por convicción me esté Bartlebyzando a marchas forzadas: 'lo siento, preferiría no hacerlo' decía el escribiente de Melville. Dicho esto, lo que parece claro, como dice Milena, es que nadie lee hasta el final...
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