HECHOS CONSUMADOS


Contra un hecho consumado, no hay otra respuesta que otro hecho consumado, o sea: la provocación obliga a responder con otra provocación, la descalificación con otra descalificación, el insulto con otro insulto, el grosero mensaje del miedo con torpes mensajes del optimismo. Todo depende de quien sabe sacar más réditos. Pero el tono y el lenguaje cada vez es más pobre y empieza a enervar de aburrimiento. Unos y otros, han olvidado y omitido tres conceptos muy importantes: Dialogar, escuchar y tratar de entender y comprender al otro. 
"La libertad es depender sólo de las leyes" decía Cándido de Voltaire. Realmente lo era de cándido, pues al igual que las leyes las hacen los Gobernantes a su medida, se pueden cambiar por parte de otros Gobernantes, o en caso de extrema necesidad, ignorarlas y saltárselas. No creo que a Montesquieu este último supuesto a estas alturas le preocupara.
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