ALEGORÍA DE BANSKY - |
- Mientras en nuestras queridas instituciones tenemos cientos de políticos de segunda, dirigiendo la gestión y tomando decisiones sobre sectores e industrias que conocen de oídas, tenemos la desgracia de que pocos son los ejemplos de liderazgo por parte de expertos. Pero hay ciertas áreas en las que, por reparo, o quizás porque hay mayor visibilidad de posibles talentos a retornar y tenemos mucha gente valida llamando a la puerta de la dirección y gestión, no sucede con tanta asiduidad.
Cuando el bioquímico Mariano Barbacid volvió a España para dirigir el CNIO entre 1998 y 2011, nos sonaba a fichaje galáctico, así como su reemplazo, María Blasco, que aún sigue dirigiendo este centro de referencia dedicada a la investigación, diagnóstico y tratamiento del cáncer.
Esta institución se libra del nepotismo y endogamia que campa por la península. Me alegra especialmente alguno de sus últimos fichajes, como la polivalente investigadora Eva Ortega-Paino, que ha retornado a su Madrid natal tras una larga carrera en Suecia y Noruega para dirigir el Biobanco del CNIO.
Este ejemplo de buena gestión de profesionales en instituciones públicas que explican en el huffpost, me ha recordado un escrito de hace años sobre este tema.
Necesitamos gestores - Que quede claro que no me gusta ni creo en el actual sistema parlamentario de la partitocrácia, pero tampoco creo en el asambleario que es lo más parecido a la Casa de la Troya. Cualquiera que haya trabajado en una empresa mediana o grande, sabe que para que esta funcione debe haber alguien que mande, que gestione, y por eso a nivel de País, lo que sobra y no vale son los partidos políticos, sólo se necesitan gestores profesionales para gestionar - valga la redundancia - la gestoría. Porque en el fondo, el Gobierno Español o el de la Generalitat no son más que una gestoría que administra las normas e instrucciones que le vienen dadas desde Bruselas o Alemania.
Los partidos políticos son el gran error, la lacra de la democracia, el mayor error que ha cometido nunca esta. Si alguien es capaz de darme una sola razón que justifique los partidos políticos le tomaré en consideración, pero no me lo creeré, ni le haré caso, no existe. Quizás en otras épocas podían tener algún sentido, pero actualmente como los sindicatos, son dos entes que no sirven para nada y encima cuestan mucho dinero al Estado. Y del mismo modo que actualmente no hay nada que distinga un partido del otro aparte de los tics que por guión les corresponden, entiendo que deberían suprimirse ya, que los gestores profesionales gestionen las gestorías de cada país y un consejo de sabios vigile a los gestores. El ahorro económico sería brutal, y la cantidad de problemas que evitaríamos enorme, ah! y todo, para que las cosas funcionaran, sólo sería necesario, y un gestor tiene, una calidad de la que los políticos no saben ni el nombre, ni la aplicación ni su significado, se llama sentido común y profesionalidad.
Debo manifestar sin embargo, que la gestoría tiene también un problema, en el fondo el mismo problema que los partidos políticos o las religiones: el factor humano, y este no hay dios que lo arregle, Y lo más seguro es que acabara en una dictadura.
Este ejemplo de buena gestión de profesionales en instituciones públicas que explican en el huffpost, me ha recordado un escrito de hace años sobre este tema.
Necesitamos gestores - Que quede claro que no me gusta ni creo en el actual sistema parlamentario de la partitocrácia, pero tampoco creo en el asambleario que es lo más parecido a la Casa de la Troya. Cualquiera que haya trabajado en una empresa mediana o grande, sabe que para que esta funcione debe haber alguien que mande, que gestione, y por eso a nivel de País, lo que sobra y no vale son los partidos políticos, sólo se necesitan gestores profesionales para gestionar - valga la redundancia - la gestoría. Porque en el fondo, el Gobierno Español o el de la Generalitat no son más que una gestoría que administra las normas e instrucciones que le vienen dadas desde Bruselas o Alemania.
Los partidos políticos son el gran error, la lacra de la democracia, el mayor error que ha cometido nunca esta. Si alguien es capaz de darme una sola razón que justifique los partidos políticos le tomaré en consideración, pero no me lo creeré, ni le haré caso, no existe. Quizás en otras épocas podían tener algún sentido, pero actualmente como los sindicatos, son dos entes que no sirven para nada y encima cuestan mucho dinero al Estado. Y del mismo modo que actualmente no hay nada que distinga un partido del otro aparte de los tics que por guión les corresponden, entiendo que deberían suprimirse ya, que los gestores profesionales gestionen las gestorías de cada país y un consejo de sabios vigile a los gestores. El ahorro económico sería brutal, y la cantidad de problemas que evitaríamos enorme, ah! y todo, para que las cosas funcionaran, sólo sería necesario, y un gestor tiene, una calidad de la que los políticos no saben ni el nombre, ni la aplicación ni su significado, se llama sentido común y profesionalidad.
Debo manifestar sin embargo, que la gestoría tiene también un problema, en el fondo el mismo problema que los partidos políticos o las religiones: el factor humano, y este no hay dios que lo arregle, Y lo más seguro es que acabara en una dictadura.
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