Os diré el secreto: todo es violencia. Estas vías del tren oxidadas, la explícita tristeza de los trenes de cercanías, sus retrasos, el temblor de los horizontes en las ventanas, tus sueños, los mios, todos los espejos, las horas en el cenicero quemándose entre tú y yo, los silencios que no se sienten, la subjetiva distancia entre dos cuerpos desnudos, dos luces, dos pieles resbalando en una lenta lejanía, la memoria de mañana que hemos firmado hoy, esta lluvia fina y persistente, ¡mírala!, que pudrirá la uva y la ternura, la carne, los adioses sin manos. Todo es violencia, y hay más de violencia. Estos Guardia civiles y Mossos agrediendo impunemente ciudadanos pacíficos y los que no lo son también. El obsceno lenguaje de los políticos, su ignorando ceguera, estos iluminados que matan en nombre de dioses inexistentes. Hombres que matan y maltratan mujeres. Curas pederastas que escapan impunes de sus crímenes. Todo es violencia. La memoria del mañana que hemos violado hoy, también. Todo es violencia. Tu cobardía, la mia. Todo es violencia, todo lo es, todo... Cataluña es ya, sólo violencia.